Crudas, muy crudas tienen que andar las cosas por Inglaterra cuando el mismísimo Primer Ministro asegura que Fabio Capello es el hombre más importante de la nación. Debe ser que Cameron no se ha recuperado aún de la dimisión de Laws, el secretario del Tesoro que tuvo que dejarlo nada más acceder al cargo tras haberse descubierto que mientras fue diputado pagó con dinero público habitaciones en apartamentos que eran propiedad de su pareja, mister Lundie. Es verdad que la selección inglesa no hace un buen Mundial más o menos desde que en Francia se jugaba a la soule y el Obispo de Tréguier amenazaba a los participantes con la excomunión, y que ellos lo llevan especialmente mal teniendo en cuenta que comenzaron a pegarle pataditas a la pelota al mismo tiempo que Robin Hood hacía de las suyas por el bosque de Sherwood, pero de ahí a decir que Capello es el hombre más importante del país va un trecho. Aunque desde luego cobre como si lo fuera.
Pese a que arriba siempre acaben Brasil, Italia, Argentina o Alemania, los Mundiales están un poco locos, de ahí justamente su picante y el interés que suscitan. Ahora mismo sólo puedo asegurar que el tronado Maradona, el desastrado Maradona, el Maradona que ha exigido un bidé de lujo para estar calentito mientras lee el Olé, el Maradona que lleva convocados más de 50 jugadores en menos de dos años como seleccionador nacional argentino acaba de regresar a su casa (o sea, el Mundial) con victoria ante Nigeria por un gol a cero. Creo, pese a todo, que la albiceleste volverá a estar arriba. Pero volviendo a Capello... Tampoco quiero ser excesivamente duro con el señor Cameron porque aquí, en España, también hay quien guarda buenos recuerdos del paso del italiano por el fútbol español, llegando incluso en algunos casos un poco excéntricos a considerarle más madridista que el propio Santiago Bernabéu. No he seguido de cerca la brillante clasificación inglesa para Sudáfrica 2010, pero aquí estuvo dos años y ganó dos Ligas: cien por cien de efectividad y noventa por ciento de aburrimiento.
Siempre hay gente dispuesta a hacer lo que sea con tal de triunfar. Palahniuk cuenta, y yo voy y me lo creo, que la actriz de teatro Tallulah Bankhead solía recoger cáscaras de huevo, las molía hasta convertirlas en polvo y luego lo mezclaba con agua para bebérselo. Las cáscaras se le frotaban contra la garganta, se la raspaban y se la estropeaban lo justo como para darle una voz realmente sensual. Creo que Capello, como José Mourinho en quien quieren ver un remake setubalense del goriziani, es de esos, y que hará por supuesto lo que tenga que hacer para que su equipo llegue muy lejos, otra cosa bien distinta será el fútbol que luego practique Inglaterra, a lo mejor más cercano al medieval que prohibió Eduardo III que al de Ramsey que les convirtió en campeones en 1966. Buenos jugadores tiene Fabio desde luego para dar y tomar, (Gerrard, Lampard, Rooney, Cole, Terry, Defoe...) y como no quiero prejuzgar esperaré a ver hasta dónde llega y cómo juega esta vez Inglaterra. Ojalá que la respuesta sea muy lejos y muy bien, aunque yo particularmente preferiría que fuera al revés: muy bien y muy lejos. Y espero que no se enfade por ello conmigo Fabio Capello.