Debe ser que le puso poco helecho. O puede que se pasara con la ruda. El druida Manuel Aneiros dijo ayer que Madrid tenía "el 70 y pico por ciento de posibilidades de ser elegida sede olímpica en 2016" pese a lo cual, acompañado de un gaitero, un tamboril y un grupo de bailarinas, el adivino reforzó su visión completando el 29 y pico por ciento restante con un conjuro y la posterior elaboración de un amuleto a base de laurel, ruda silvestre y helecho macho traídos expresamente desde Galicia. Y luego completó el ritual bailando alrededor de un fuego purificador. Por eso digo que le puso poco helecho o quizás se pasara con la ruda pero el caso es que el pico del 70 por ciento fue de gallina y no de gallo y al final, como ya sucediera en julio de 2005, nos quedamos sin premio. Parafraseando al Rey, habrá que esperar a 2020 para que el mundo sea mejor después de los Juegos de Madrid.
Pero Ameiro, que erró a pesar del helecho macho a la hora de acertar el resultado final de la votación, podría haber pasado perfectamente por un miembro del COI. Podría haber ganado cualquiera, incluso Madrid, por qué no, y la explicación en todos los casos habría sido la misma. ¿Madrid?... Por el helecho macho. ¿Tokio?... Por la ruda silvestre. ¿Río?... Por el laurel. ¿Chicago?... Porque lo dice Nostradamus: "el joven príncipe será falsamente acusado y llegará la perturbación y la querella al territorio. Dañará con su valor al jefe, devolverá la paz por su poder y luego curará las escrófulas"... ¿Está claro o no está claro lo de Chicago?... Existe más emoción en el decimocuarto asalto que Alí y Frazier disputaron el 1 de octubre de 1975 en Manila, y del que ahora se cumplen 34 años, que en todo el proceso de elección de la sede de los Juegos de 2016, pese a lo cual se ha paralizado España y los medios de comunicación han destinado medios y profesionales a raudales para más honra de Jacques Rogge y su orquesta.
Será interesante comprobar en qué situación queda ahora Gallardón. O Cospedal. Y por supuesto Cobo. El alcalde veía Madrid 2016 como su Stargate particular con destino al Palacio de La Moncloa. Lo fió todo a este nuevo proyecto y vinculó, aunque como siempre de manera muy abstracta, su futuro a la elección de la capital de España como sede de los Juegos. El caso es que si Madrid no ha salido elegida no ha sido porque no esté en condiciones de albergar un acontecimiento de esa magnitud, que lo está de sobra, ni porque no se haya trabajado, que se habrá trabajado y mucho, o porque no tenga el apoyo popular, que lo tiene a raudales, sino por la sencilla razón de que en Río de Janeiro también cultivaron su propio helecho. ¡Y en lo tocante al baile!... Paciencia. Habrá que llevar más gaiteros para 2020. Felicidades Carod.