Está claro que este 2021 no está siendo precisamente un buen año futbolístico para Sergio Ramos. Se equivocó en su pulso a Florentino Pérez, el orgullo está a punto de provocar su marcha anticipada y traumática del Real Madrid, se ha lesionado más veces que nunca a lo largo de su carrera profesional dándole así en parte la razón al club blanco que quería renovarle de año en año y, como colofón, este mediodía (aunque él lo supiera desde ayer por la noche) se ha conocido que no acudirá a la próxima Eurocopa. Es un annus horribilis en toda regla, un año horrible. Todo le ha salido mal, todo. Pero a buen seguro que el (todavía) defensa central madridista se repondrá porque él es un competidor. La decisión de Luis Enrique de dejar fuera a Ramos, que es la llamativa guinda de una convocatoria bastante estrafalaria, para qué vamos a andarnos con zarandajas, estaría fuera de cuestión incluso para los propios madridistas, que le han tenido que aguantar esta última temporada, de no ser porque está sustentada en una mentira.
El seleccionador nacional dice que no lleva al capitán porque no está bien, pero él sabe perfectamente que eso no es cierto. Lo sabe porque desde el pasado 18 de mayo, que fue el día en el que el doctor Juan Cota, de la federación, se puso en contacto con los servicios médicos del Madrid para saber cómo estaba el jugador, Luis Enrique tiene que tener en su poder una información puntual y veraz a propósito del estado físico de Sergio salvo, por supuesto, que en el Real hayan dicho que el futbolista está bien y en la federación hayan interpretado que el jugador está mal. Durante toda esta pasada semana el Real Madrid ha estado enviando información constante a la Federación sobre el estado físico de Ramos, de modo que el argumento de Luis Enrique sobre que Sergio no estaba bien no es cierto. Ahora, en este momento procesal, Ramos está como una rosa y lo único que necesita es adquirir el necesario tono competitivo pero, ¿alguien duda que Ramos sea el futbolista español más competitivo?
El comunicado oficial de Sergio es elegante, educado, diplomático y falso. Ayer mismo, y preguntado por alguien del club a la finalización del entrenamiento que llevó a cabo en solitario, el capitán del Madrid expresó su creencia e ilusión en que hoy sería convocado. De modo que ni aceptación ni reconocimiento sino un ejercicio sosegado, reflexivo y esencialmente práctico a propósito de qué es lo mejor para él en estos momentos. Imagino que si Sergio quiere volver a jugar con España (y no hay nadie en el mundo que piense que no quiere) tendrá que comérsela con patatas o, como dice Luis Herrero, verlas venir, dejarlas pasar y si le mean decir que llueve. Eso dice Ramos en su comunicado, que está lloviendo mientras le están meando. Imagino que a partir de ahora se sabrá cada día un poquito más pero lo que me decían a mí este mediodía es que la ausencia de Ramos de la Eurocopa supone la escenificación por parte del seleccionador del profundo malestar y la alta tensión que se vivió entre ambos cuando Ramos no disputó ni un sólo minuto ante Georgia en partido clasificatorio para el Mundial. Si Luis Enrique hubiera querido hacer un esfuerzo por él lo habría hecho, lo tenía a huevo: en vez de 24 convocados se lleva a 25 ó 26 y ya está. Deschamps lleva 26, Löw lleva 26, Martínez lleva 26 y Luis Enrique lleva 24 porque la experiencia le dice que en una Eurocopa o un Mundial sólo se utilizan 18 ó 19 jugadores. Entonces, ¿por qué no convoca sólo a 20? El seleccionador no ha querido llevar a Ramos y ya está, punto, no hay que darle más vueltas; pero habría sido más bastante más noble y valiente por su parte decir la verdad: no le llevo porque se me revolvió en Georgia.
Pero si digo que la lista es un dislate no es por la ausencia de Ramos, que sería plausible si estuviera apoyada por unos motivos sinceros y no por una trola, sino por algunas ausencias y determinadas presencias que llaman mucho la atención. Llama la atención, por ejemplo, la ausencia del mejor defensa central español del último tercio de campeonato que se llama José Ignacio Fernández Iglesias, más conocido como Nacho. A la vista está que Nacho está físicamente bien, como un toro de lidia, y con un tono competitivo excelente, no en vano ha sostenido en defensa a su equipo hasta el final y en unas circunstancias muy meritorias. Nacho simplemente se ha salido del mapa y es probable que se encuentre en el mejor momento de su carrera profesional pero sin embargo el argumento (falso) que a Luis Enrique le ha servido para dejar fuera a Ramos, el de su carencia de ritmo competitivo, ha servido también para apear a Nacho pero por todo lo contrario. La plaza que deja vacante Nacho la ocupan Aymeric Laporte, que debutará con España, Pau Torres, Llorente y, al fin, Eric García. Y es curioso porque lo que deja fuera a Ramos, o sea el escaso tono competitivo, mete dentro sin embargo al defensa del City, que ya ha alcanzado un acuerdo con el Barcelona. En el año 2021 Eric García se ha perdido tres partidos por coronavirus, en once ha sido suplente y en cinco ni siquiera ha sido convocado. Nacho ha jugado un total de 2.763 minutos, García ha jugado 858.
¿Y qué decir de que a Marcos Llorente se le incluya como lateral derecho en la lista de 24? ¿O de que se deje fuera a Navas? ¿O de la inclusión de Robert Sánchez? ¿O de la presencia de Thiago? ¿Qué decir de la inclusión de Pablito Sarabia, que juega los minutos de la basura en el PSG? ¿O de Adama Traoré? ¿Qué decir de la ausencia, más que llamativa, de Iago Aspas, que ha marcado 14 goles convirtiéndose en el segundo máximo goleador español, y ha regalado 13 asistencias? Al saberse que, por primera vez desde los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920, en la selección nacional española de fútbol no iba a haber ningún futbolista del Real Madrid, ha habido muchos merengues que han adelantado su desconexión de esta selección. En líneas generales, España siempre ha sido más de clubes. En líneas generales. Los mismos que reprochan a la afición madridista su desilusión y posterior rechazo a esta convocatoria emplearon y siguen empleando el Mundial y las Eurocopas para restregarles por la cara una falsedad como un piano, que no era otra que España ganaba exclusivamente gracias al Barcelona.
Si yo creyera que Luis Enrique no ha llevado a Nacho (porque es el único en realidad que estaba en discusión, de Asensio ni se habla) porque es un antimadridista, entonces habría perdido toda esperanza. No lo creo. Luis Enrique fue un futbolista antimadridista y un entrenador antimadridista del Barcelona pero ahora quiero pensar (y lo pienso) que no se deja guiar por sus bajos instintos. Pero, a la hora de dejar fuera a Nacho después de haberse limpiado a Ramos, Luis Enrique tiene que haber caído necesariamente en la cuenta de que hacía la friolera de 101 años que a la selección nacional dejaban de acudir jugadores del Real Madrid. Él sabrá. O no. Pero él es el responsable de una lista surrealista con la que, ojalá, España gane la Eurocopa. Si hay un periodista deportivo serio y sensato, reflexivo, concienzudo y respetuoso, ése es sin lugar a dudas el maestro Antonio Oliver. Es, para que nos entendamos, de la vieja escuela. Hoy, en su perfil de Twitter, Antonio decía lo que sigue acerca de la convocatoria de 24: "Aclaro para amigos sorprendidos por mi airada reacción ante la última de Luis Enrique. No soy tan beligerante casi nunca. No es la convocatoria, es el seleccionador. Siempre he sido del seleccionador de España pero los fondos, las formas y los entrebastidores son penosos". O lo que es lo mismo, Luis Enrique Superstar.