Jamás en mi vida vi una junta directiva más irresponsable y cínica que la presidida hoy por José María Bartomeu y ayer por Sandro Rosell. Este del Barça es sin duda alguna el grupo de personas adultas menos autocríticas con sus propios actos, con su propia gestión, que he tenido ocasión de echarme a la cara. Estos caballeros se hacen los suecos con una naturalidad tal que da auténtico miedo. Y viene de largo. Por ejemplo: José María Lindström Bartomeu asegura que Eric Abidal renovará su contrato cuando vuelva a jugar y cuando el francés se recupera de su grave enfermedad tiene que irse del Barça porque el entonces vicepresidente simplemente se niega a cumplir su palabra. Un sueco. Por ejemplo: Carles Magnusson Vilarrubí afirma que si un jugador suyo pisara a un rival pediría para él una sanción y cuando nuestro Busi le pisa la cabeza a Pepe no sólo no pide sanción para él sino que ni tan siquiera le obligan a pedir perdón. Otro sueco.
Sandro Olofsson Rosell no tiene ninguna duda sobre la inocencia completa de Messi en su affaire con Hacienda. "Inocencia completa". Pero cuando el jugador argentino se ve obligado a pagarle a la Hacienda Tributaria 10 millones de euros en declaraciones complementarias del IRPF por sus derechos de imagen correspondientes a los ejercicios fiscales de 2010 y 2011 no dice ni pío. El tercer sueco. El anterior presidente del club insiste en que Neymar ha costado "57,1 millones y punto" y luego sale el actual y dice que ha costado 88,2 y a ninguno de los dos se les cae la cara de vergüenza. Es más, tanto uno como otro alimentan con total impunidad y descaro y con el imprescindible aliento del periobarcelonismo el bulo de la conspiración madridista sin que pase absolutamente nada y nadie exija en la ciudad condal dimisiones en cadena.
La última broma de los habitantes de esta pequeña Estocolmo blaugrana que tienen organizada en el Camp Nou es la pancarta gigante que colocaron ayer en el estadio: "La Masía no se toca". ¿Qué tiene que ver La Masía con que la FIFA te castigue sin poder fichar a nadie hasta el verano de 2015 porque tu club acaba de saltarse a la torera la legislación en relación con el traspaso e inscripción de jugadores menores de 18 años?... El trabajo de La Masía será sensacional, no lo dudo, pero los actuales dirigentes del club han cometido un error morrocotudo, un fallo infantil y amateur que puede salirle muy caro. ¿Otra vez el enemigo externo? ¿También está detrás de esto Florentino Pérez? ¿Y Aznar? ¿Y Gallardón? ¿Y el fiscal?... Lo más increíble de todo es la actitud pasiva de los socios, el encefalograma plano exhibido por una afición a la que le da al parecer lo mismo ocho que ochenta mientras Leo Messi la siga metiendo entre los tres palitos de marras. Si yo fuera Miquell Cardenal reescribiría cuanto antes mi artículo sobre la "marca España". Bueno, si yo fuera él ya habría dimitido. Otro que se hace el sueco.