Hasta Londres se han trasladado emocionalmente hablando aquellos periodistas deportivos españoles más críticos con José Mourinho. Resulta que a quienes llevaban tres años llamándole "nazi" o cosas peores y pidiendo que Florentino Pérez le pusiera de patitas en la calle no se les cae de la boca el nombre del Chelsea. Jamás de los jamases había sido seguida tan de cerca en España la actualidad del equipo londinense como ahora que lo entrena el ex del Real Madrid. Por echarle la culpa de algo, y en un sorprendente triple salto mortal periodístico sin tirabuzón que, de existir aquí semejante cosa, exigiría la inmediata intervención de un Comité Ético Profesional, ha habido incluso quien le ha acusado de la lesión de Casillas del otro día. Yo sí que querría olvidarme de Mourinho, lo juro, pero la Yihad no me deja.
Hay otro argumento falaz que tiene que ver con la suplencia de Juan Mata. Como Mata es español y (en eso coincido con ellos) muy bueno, y Mourinho le lleva a la grada, Mourinho es un antiespañol de tomo y lomo. Le llaman xenófobo y luego se van a la cama hasta el día siguiente. Es llamativo porque el argumento tiene que ver únicamente con el español Mata y no con los otros jugadores que comparten nacionalidad con él, de forma que habría que concretar un poco más la paranoia: ¿Qué tiene Mourinho contra Villafranca Montes de Oca? ¿Veraneó allí Ovrebo?... Si Mata piensa realmente que el problema de Mourinho es su xenofobia debe largarse de ahí cuanto antes, pero Mou ha trabajado anteriormente con jugadores españoles sin ningún problema. ¿Entonces?... Como en el "caso Casillas", y probablemente por compadreo, se extirpa de raíz del debate la posibilidad de que en la suplencia de Mata se esconda un argumento futbolístico de peso. A Mou le llaman irrespetuoso los mismos que le acusan de xenófobo.
El caso es que aquí mismo, en nuestra Liga, tenemos un caso similar, el de Iniesta. Mata es un futbolista fantástico, sí, de acuerdo, pero no es ni de largo titular con España mientras que Andrés sí lo es y, entre otras cosas, marcó el gol más importante de la historia de nuestra selección. Y sin embargo el Tata Martino le ha aparcado en doble fila sin que se produzca ni de lejos un debate tan vomitivamente contaminado como el de Mata en el Chelsea. Y desde luego que no se ha acusado ni remotamente al técnico argentino de antiespañol. El motivo del "no" de Iniesta a la primera oferta culé de renovación es económico... y también deportivo. Andrés cumplirá 30 años en mayo y sabe que se encuentra ante la firma de su último gran contrato pero también es conocedor de que el nuevo estilo que pretende implantar Martino le penaliza y no quiere pasarse sus mejores años en el banquillo. Jamás en la vida se me ocurriría llamarle racista a Martino por relegar a la suplencia a Iniesta o a cualquier otro jugador, que es lo que la Yihad está haciendo con Mourinho. Y pretenderán que esta nueva chufla me la tome en serio... ¡Quiá!... Si acaso tomo nota de ella para documentar mi libro sobre la prostitución intelectual.