En lo que al asunto deportivo se refiere, el gol de Iniesta en la final del Mundial eclipsó sin duda al resto de éxitos en un año, este 2010 que acabamos de dejar atrás, que, parafraseando aquella magnífica película del artesano William Wyler, ha sido uno de los mejores de nuestra vida. Salvo quizás con el gol de Mijatovic en la final de la Champions del 98, servidor no recuerda un estado de euforia personal semejante a cuando marcó Andresito, aunque el valor del que marcó el jugador del Barcelona pesa al final mucho más puesto que implicó a España entera mientras que el del Madrid sólo lo hizo a la mitad más uno; por otro lado, cuando Pedja materializó las ilusiones de tantos y tantos madridistas, el Real de aquellas Copas ya tenía en sus vitrinas seis mientras que muchos pensábamos que nos iríamos al otro barrio sin que nuestro equipo nacional jugara la final de un Mundial... ¡De ganarla ni hablábamos!...
Lo que quiero decir con todo esto es que no soy dudoso, y ahí están mis artículos de entonces que lo acreditan: frente a la maledicencia y los malos humos del grupúsculo encabezado por Luis Aragonés hubo quien, como en mi caso y en el de otros muchos, defendió desde el primer minuto a España y a su seleccionador, aguijoneado tras la sorprendente e injusta derrota ante Suiza con la esperanza de que el hundimiento sudafricano se convirtiera en prueba de cargo suficientemente sólida y demostrara de paso que el éxito de nuestra selección se debía a la magia del ex seleccionador. Paparruchadas. Sin embargo, y cuando se acerca el día de la concesión del Balón de Oro probablemente a un español, tengo que decir que nuevamente suscribo lo expuesto por Mourinho en el diario A Bola. Es impopular, lo sé, y doy por hecho que va contra la línea general, pero creo que sería injusto que le dieran el premio a Iniesta.
Ojo que Mourinho no está diciendo que se lo den a un jugador del Madrid, ni siquiera a uno del Inter de Milán, (sería interesantísimo conocer su opinión acerca de la injusta exclusión de Sneijder del grupo de tres candidatos finales), cuestión ésta que no sería del todo injusta; lo que dice el portugués con buen criterio es que por un gol, por muy trascendente que sea y este lo fue sin duda para todos nosotros, no se le puede dar un Balón de Oro a un futbolista que se ha perdido casi la mitad de la temporada en curso. No sé si el comentario de Mourinho ha pasado desapercibido porque estábamos ocupados quitando las pepitas a las uvas, y este artículo mío que inaugura 2011 tampoco tiene ánimo de generar ninguna polémica puesto que pienso, y vuelvo a dejar por escrito, que Xavi debe ser el ganador. Una cosa es la pasión, el romanticismo y el cariño que siempre le vamos a tener a Iniesta por ser como es, y otra bien distinta la justicia. Lo justo es Xavi.