Dice Duran Lleida, por supuesto que con todo el respeto del mundo hacia el jugador porque el respeto tiene que ir siempre por delante, que Cristiano Ronaldo es un chulo. Vamos, como el Pichi del chotis, el chulo que castiga del Portillo a la Arganzuela porque no hay una chicuela que no quiera ser amiga de un seguro servidor. En concreto lo que ha dicho Lleida es que encuentra a Ronaldo un tanto chulesco, y como ejemplo ha puesto los últimos minutos de la final de la Champions contra el Barcelona. Lleida nunca ficharía a Ronaldo para el Barça precisamente por eso y porque, como decía el otro día Laporta, el club catalán tiene otra "cultura deportiva". No sé si con eso tan rimbombante de la "cultura deportiva" Laporta se refería a su nueva directiva (la señora Magda Oranich) que el otro día, tras decir que no sabía de dónde sacaban "tantas pelas" en el Madrid, afirmó que esperaba que fracasasen todos los fichajes de Florentino Pérez.
Pero en fin, volvamos a Lleida que es quien nos ocupa. El presidente de Unión Democrática de Cataluña ha afirmado hoy que él nunca ficharía a Cristiano Ronaldo porque es un tanto chulesco. Deduzco por tanto que Lleida no habría fichado nunca a Schuster, que no es que tuviera un aire, no, sino un tifón chulesco y que en la final de Copa del Rey del año 1983 en La Romareda no tuvo otra ocurrencia que hacerle un corte de mangas a los jugadores del Real Madrid tras el gol de Marcos en acrobática postura. Ni tampoco habría fichado a Giovanni o Van Bommel, que repitieron la misma operación que el futbolista alemán. O a Stoichkov, conocido mundialmente por el pisotón que le pegó a Urízar Azpitarte. O a Eto'o y Piqué que se dedicaron a insultar a los aficionados del Real Madrid en sendas celebraciones del título de Liga. Según el canon de Duran, ninguno de esos jugadores estaba a la altura del Barça y sin embargo no recuerdo que acudiera a ningún programa de la tele para criticar sus fichajes.
Por algo el Barça es "más que un club", ahora lo entiendo. El Barça es más que un club porque si ellos contratan a los jugadores más caros de la historia no se puede alzar la voz pero cuando lo hace el Madrid el asunto ha de llegar como mínimo hasta el Palacio de La Moncloa, de ahí para arriba. El Barça es más que un club porque ellos pueden convertir en símbolo del catalanismo a un búlgaro que pisó a un árbitro de fútbol pero el Madrid no puede fichar a un chaval que tiene 24 años y en sus vacaciones tiene la osadía de salir una noche con Paris Hilton. Ahora que Montilla, otro que no ficharía a Cristiano, está empeñado en hacernos pasar a todos por el trágala de una financiación dispuesta a establecer una división entre españoles de primera y segunda categoría, desde Barcelona quieren repetir la misma operación con el fútbol. Además Laporta no debería molestarse tanto porque, al fin y al cabo, el mérito del fichaje fue de su hermano Ramón: él dejó el contrato a punto de caramelo -eso sí, con una pequeña penalización de 30 millones de euros sin importancia- para que lo rematara su sustituto. Y Florentino remató.