Atónito me hallo. Sí, sí, atónito, obnubilado, atascado, porque, tras la inesperada derrota del Barcelona en Pamplona, ya he empezado a escuchar por ahí (y me malicio que será más o menos la versión culé desde ahora y hasta el final del campeonato) que lo que está acontenciendo en la Liga se debe a que Guardiola ha tenido que elegir y ha elegido "las Copas", tanto la del Rey como la Champions, aunque sobre todo la segunda. Hace tres días se decía que, nada más alcanzar la final ante el Athletic, Pep se había reunido con sus jugadores para comentarles que el triplete era posible; hace dos días, Piqué comentaba en público que la Liga se le iba a hacer muy larga al Real Madrid; hace un día, o sea ayer, empieza a circular el rumor de que Guardiola ha tenido que elegir y ha elegido "las Copas". Bueno. Vale.
El caso es que si el Real Madrid cumple los deberes ante el Levante, el equipo de José Mourinho se disparará hasta los 10 puntos de ventaja con respecto al Barcelona, con 45 aún en juego. Por supuesto que matemáticamente hablando no habrá absolutamente nada resuelto, y estoy seguro de que a nadie del entorno merengue, y eso lo ensayará como es debido el portugués, se le ocurrirá vender la piel del oso antes de tenerlo cazado y bien cazado, pero la distancia se antoja lo suficientemente abultada como para que la rueda de prensa de Guardiola tras el partido haya sido una de las más tristes que le recuerdo en los últimos tiempos, y eso dando por suficientemente conocido por parte de todos que no es que Pep haya sido precisamente nunca la alegría de Juan Vélez.
Así las cosas, y dando por buena una teoría que es intrínsecamente mala y exageradamente falsaria, se daría la curiosa paradoja de que el Real Madrid, campeón in pectore, podría también relajarse (con motivo) en la Liga y elegir, tal y como dicen que ha hecho Guardiola, la Champions con el otro campeonato gordo en la buchaca. Supongo que será tremendamente complicado explicar cómo narices es posible que al mejor equipo de fútbol de toda la historia haya otro capaz de sacarle tanta ventaja y de hacerlo, además, tan pronto. Como en el fondo soy un hombre generoso que jamás de los jamases busca la polémica gratuita, obviaré la actitud del entrenador culé después de la correcta anulación del gol que habría supuesto el injusto empate a tres en el marcador. Hoy no toca. Mañana...