Cristiano Ronaldo no sabe qué quiere decir "galáctico" pero no le gusta la palabra, luego sí sabe lo que quiere decir. Quiere decir que uno procede de la Vía Láctea o de cualquier otra galaxia y que, por lo tanto es un ser misterioso, extraño, distinto y en principio superior a la raza humana. Ahora se cumplen precisamente cuarenta años desde que el hombre llegara a la Luna. Allí, salvo que Armstrong, Aldrin y Collins nos hayan ocultado información al resto, no se encontraron vestigios de vida humana ni de cualquier otro tipo, pero si un ser procedente de otra galaxia lograra llegar al planeta Tierra habría que deducir que es superior a nosotros porque a la más cercana se la conoce como las Nubes de Magallanes y resulta que está a 200.000 años luz de nuestro planeta. Por supuesto que Ronaldo sabe muy bien qué significa "galáctico" y, aunque el término en sí mismo no sea malo ni gane o pierda partidos de fútbol, el portugués es perfecto conocedor del daño que produjo sobre unos jugadores terráqueos que les conocieran así en contra de su voluntad.
El magnífico jugador de fútbol, aunque totalmente terráqueo, Ronaldo ha comentado en su primera y multitudinaria rueda de prensa que lo que se dice del vestuario del Real Madrid no es en absoluto cierto. Él en realidad ha hablado del "balneario del Madrid", pero no creo que con las prisas que le metieron para que se fuera a Lisboa después de su presentación haya tenido tiempo de visitar Carabaña, que está a 50 kilómetros de Madrid, y La Alameda, El Molar y La Margarita están fuera de uso o simplemente desaparecidos, de forma que deduciré que el idioma le ha gastado una broma pesada. Del vestuario del Real Madrid se han contado efectivamente un montón de leyendas desde la etapa de Di Stéfano y es cierto que, salvo que por él han pasado algunos de los mejores futbolistas de la historia, no creo que tenga nada especial. Tanto en el fútbol como en la vida diaria, al final resulta que los grandes de verdad suelen ser también los más sencillos.
Seguro que de Ronaldo, como de Di Stéfano, Gento, Amancio, Puskas, Camacho, Santillana, Juanito, Hierro, Michel, Sanchís, Zidane, Beckham, Figo y ahora Raúl, también se contarán un montón de historias en el futuro. Todos los futbolistas anteriormente citados tuvieron que asumir en un momento determinado su responsabilidad a lo largo de los últimos cincuenta años. Su carácter y su determinación les conviertieron en lo que luego fueron: jugadores del mejor club del siglo XX según la FIFA. Las leyendas que rodean a ese vestuario -quiero suponer por el bien de sus actuales inquilinos que varias veces remodelado desde que el presidente de honor del club se duchaba en él- proviene de los hombres que lo ocuparon antes que Cristiano o Kaká. Por lo demás, las sillas serán mejores, las taquillas más modernas y el jabón hipoalergénico y dermatológicamente testado aunque, como ya habrá empezado a comprobar por sí mismo, su auténtico valor no proceda de lo que se ve y todavía puede tocarse sino de lo que ya no se ve y a pesar de ello se sigue sintiendo. Ese es el misterio.