¿Qué estaría diciendo hoy Alfredo Relaño si ayer Florentino Pérez hubiera bajado al vestuario en el descanso del partido contra la Real Sociedad para decirle al árbitro "Esto es una vergüenza, habéis venido a robarnos el partido. Os voy a poner una querella a la policía"?... El caso es que en su artículo de hoy no sólo no reprocha a Jokin Aperribay sus palabras sino que casi, casi las justifica: "González González pitó dos penaltis en el área de la Real que enfurecieron a Aperribay y avergonzaron a todo madridista de bien". Lo que pasó ayer en el estadio Santiago Bernabéu fue ni más ni menos lo que viene pasando en el fútbol desde sus inicios, que el árbitro acertó o se equivocó al tomar sus decisiones, nada nuevo bajo el sol. Como madridista no me avergüenzo absolutamente de nada pero como periodista sí me llevo literalmente las manos a la cabeza porque el director de un periódico de referencia justifique que el presidente de un club de Primera División llame "ladrón" a un árbitro y se quede tan pancho.
¿Qué estaría diciendo hoy Alfredo Relaño si ayer Florentino Pérez hubiera replicado a los insultos de la grada de Vallecas haciendo lo que vulgarmente se conoce como "los cuernos"?... De su artículo de hoy, titulado "Porque el Pisuerga pasa por Valladolid" se deduce que los madridistas de bien (porque los hay de mal) deberían estar avergonzados después de que el presidente de la Real Sociedad bajara a los vestuarios a llamar "ladrón" al árbitro del partido, pero ni una sola palabra, ni una línea, ni media coma acerca de cómo tendrían que sentirse hoy los atléticos de bien después de la exhibición de malos modos y chabacanería protagonizada por uno de los propietarios del club rojiblanco, en concreto su presidente Enrique Cerezo. Cerezo, como Jémez, Del Bosque o Piqué por ejemplo, goza de una extraña bula periodística: ¿Por qué?
En resumidas cuentas, y haciendo balance de este 2015 que se nos apaga lentamente: Aperribay insultó a un árbitro porque éste se equivocó o acertó en sus decisiones (sirva el dato de que a mí un sector, espero que minoritario, de la amable afición de la Real Sociedad me dijo vía Twitter hasta de lo que me tenía que morir simplemente por expresarme libremente sin meterme con nadie) y, al poco, Cerezo le hizo los cuernos a la afición del Rayo Vallecano... pero el mal ejemplo, el ejemplo que conviene desterrar cuanto antes del mundo del fútbol, es el del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que lo más grave que ha dicho en toda su vida fue un "jopelines" allá por los años 70, cuando ayudó a fundar El País. A Pérez le han llamado "psicópata" y han dicho que estaba "gagá" pero me juego pajaritos contra corderos a que no se verá jamás al presidente del club blanco llamando "ladrón" a un colegiado, poniéndole los cuernos a unos aficionados o, y ya que estamos puestos, acusado por delitos fiscales y societarios en la compra de un jugador. Sí, decididamente Florentino es un mal ejemplo porque no tiene un director deportivo.