Si algún día pongo un bar de copas lo llamaré La Caverna Mediática. O en inglés, que queda mucho más internacional, The Media Cavern. Me inclino por The Media Cavern más que nada porque así podría añadirle el apellido pub sin llamar demasiado la atención. Ya lo estoy viendo: The Media Cavern Pub. Tampoco estaría mal llamarle Bar de Copas La Caverna Mediática Españolista. En inglés, y siempre según el traductor de Google, Bar of Glasses The Media Cavern Member of a Madrid-Based Party. El peligro de un nombre tan largo, y además en un idioma que no es el tuyo, es que no veo a un amigo quedando con otro en Bar of Glasses The Media Cavern Member of a Madrid-Based Party. ¿Se imaginan?... "¿Dónde quedamos?"... "A las nueve, como siempre, en Bar of Glasses The Media Cavern Member of a Madrid-Based Party". Acabarían diciendo: "¿Dónde quedamos?"... "A las nueve, como siempre, en The Cavern. Y al final, para ahorrar tiempo, la gente quedaría en La Caverna. No sé, todavía tengo que darle un par de vueltas. Por si pongo un pub.
Tampoco me disgusta este otro nombre para un bar de copas: Alégrame el Día. Eso fue lo que hizo precisamente José Damián González publicando el reportaje fotográfico del presidente del Barcelona "oteando el horizonte", como reza uno de los pies de foto, alegrarme el día. Ahora, cuando suenan los clarines de las elecciones, no me parece que debamos tomarnos demasiado en serio a Joan Laporta. Al final uno no se va a poder pillar una trompa en condiciones sin tener que consultarlo antes con el Tribunal Constitucional. Ya estoy viendo el titular conjunto de doce diarios catalanes: "El derecho constitucional a entromparse libremente y en paz". Y además, ¿hay alguien que tenga más derecho a pillarse una buena trompa que quien en su día liderara El Elefante Azul? Por cierto: ¿estarían trompas el día que le pusieron el nombrecito de marras al grupo de oposición a José Luis Núñez?... El Elefante Azul... ¿Y por qué no La Corneja Amarilla?...
Decía un poco más arriba que no tendríamos que tomarnos demasiado en serio el moco que agarró Laporta, ni tampoco la explicación que dio tras la fiesta de marras. No seré yo quien se rasgue las vestiduras por eso, del mismo modo que no creo en absoluto que la publicación del reportaje suponga menoscabar el derecho a la intimidad de nadie. Algo similar adujo en su defensa el amigo de Laporta, Ramón Calderón, pero esto es lo que tiene presentarse a un cargo tan relevante y además salir elegido. A mí que Laporta se pille una tajada con champán francés ni me va ni me viene, lo que sí me ha preocupado (ya no, con Sandro Rosell a las puertas) es que el presidente de un club tan importante y respetado como el Barcelona diga que Cataluña es un país entre España y Francia. Afortunadamente esto toca a su fin. El "pato cojo" agota sus últimos meses de mandato. Tanta paz lleve como descanso deja. Y ahora lo serio: ¿A qué hora quedamos en La Caverna?