Luis Enrique acaba de ganar la Liga y es favorito claro para alzarse con los títulos de Copa y Champions y, pese a ello, no sólo no se ha confirmado su continuidad sino que revolotea en el ambiente la idea de que, pase lo que pase, con o sin triplete, el entrenador no seguirá. La pregunta es clara: ¿Por qué?... Lo primero que conviene decir es que en el club piensan, y yo comparto esa idea, que el Barça se ha proclamado campeón de Liga y es fácil que acabe ganando La Quinta y la Copa... a pesar de Luis Enrique, quien, allá por el mes de enero, tenía a la plantilla metida en un frenopático. Si Bartomeu no le echó entonces, y más aún tras caer en Anoeta, fue simple y llanamente porque, arrastrado por el aluvión judicial del "caso Neymar" y decidido, pese a todo, a presentar su candidatura a la presidencia, ya tenía decidido adelantar las elecciones. Y así fue: el Barça perdió con la Real Sociedad el 4 de enero y Bartomeu anunció elecciones anticipadas tres días después.
Por lo tanto a Bartomeu únicamente le podía salvar el milagro (el Barça estaba a 4 puntos del Madrid en la Liga) de que la pelotita entrase muchas veces, cuantas más mejor, entre los tres palitos y, para eso, era fundamental tranquilizar a Leo Messi, que quería cenarse a Luis Enrique. Que para esa labor de correo del zar se utilizase a Mascherano, como ayer dijo Petón en Fútbol es Radio, no es en realidad tan importante como constatar el hecho de que la cosa funcionó. Messi, que sigue sin hablarse con su entrenador, decidió ponerse a jugar al fútbol porque alguien le entregó en diferido la cabeza de Luis Enrique; el técnico, sabedor del cambalache urdido a sus espaldas, estuvo a punto de mandarlo todo al garete pero al final siguió a lo suyo, "liberó" a los tres de arriba y supo entonces claramente por qué Gerardo Martino, que había llegado al club por recomendación del entorno de Leo, decidió en otro mes de enero que él no iba a seguir en esas condiciones.
Porque aquí se habla sin parar de la MSN cuando en realidad todo el mundo tiene claro que ni la S ni la N importan un bledo si a la M no le da por encender el motor fueraborda. ¿Quién ha ganado la Liga? ¿Luis Enrique?... No se lo cree ni él. ¿Han ganado la Liga Suárez o Neymar?... Ni por casualidad. Esta Liga, como muchos de los anteriores títulos culés, la ha ganado Lionel Andrés Messi Cuccittini. El barcelonismo tiene tan interiorizada la idea de que sin la intervención de Leo el suyo es un equipo del montón que incluso Johan Cruyff, el mismo entrenador omnipresente y todopoderoso que mandó a esparragar en su día a Luis Milla cuando éste le dijo que tenía una oferta del Real Madrid y qué decidía qué cobraban Stoichkov o Laudrup y por qué, sugería ayer que era normal que al futbolista argentino le diseñasen un microclima ideal para que estuviese sereno sin dobleces, tranquilo sin matices y sólo tuviera que pensar en los tres palitos de marras. Si, pese a un horizonte de triplete, Luis Enrique está en el alero es porque la MMM, que es la que manda, le hizo la cruz hace ocho meses. Y porque en el club saben que da igual Pepito, Juanito o Lusito si al final Leosito es feliz.