Las fuentes. Cuenta Miguel Angel Aguilar con su gracejo habitual que un día le llamaron por teléfono desde un periódico para informarle de que un periodista muy conocido y muy amigo suyo acababa de fallecer. Buscaban, claro, una primera reacción por su parte ante tan luctuosa noticia, unas palabras que completaran el perfil del finado; entonces Aguilar respondió: "Dejadme que haga una llamada". Llamó al móvil del muerto y éste, sorprendentemente resucitado, contestó: "¿Dígame?"... "¿Estás bien? ¿Te pasa algo?", preguntó Aguilar. "Estoy fenomenal, me pillas ahora mismo regando el jardín, ¿por qué?"... "Nada, nada, no te preocupes, luego hablamos". Volvió Aguilar a ponerse en contacto con el diario y le dijo al periodista: "Oye, revisad la información porque acabo de llamarle y él mismo me ha cogido el teléfono". Respuesta: "Pues nuestras fuentes son buenísimas".
Las buenísimas fuentes de Xavi Bosch le llevaron el otro día a afirmar temerariamente en RAC 1 que Florentino Pérez, preocupado porque la demanda del socio del Barcelona no cogía vuelo, había llamado a José María Aznar, que éste se había puesto en contacto con Alberto Ruiz Gallardón y él a su vez con el fiscal para que la historia se agilizara en los despachos. "Los despachos". Lejos de ponerse de perfil y huir de él como si de un apestado se tratara, el director de El Mundo Deportivo apoya las tésis de Bosch, afirma que Florentino se equivoca y añade que al periodista no le gustan las hipocresías. Que Nolla, que pasa por ser un tipo medianamente serio, no rechace de plano una teoría de la conspiración tan ridícula habla bien a las claras de que el periodismo deportivo español murió hace ya demasiado tiempo.
Busco en el mismo diario la columna de opinión de Mónica Planas. La señora Planas no deja títere con cabeza en EMD, da lecciones de moralidad y buenas costumbres y, desde su púlpito forofo, dice quién está del lado del bien y quién del lado del mal. Yo, por ejemplo, estoy del lado del mal, del lado cavernario. ¿Y Bosch?... El titular del artículo de Planas de hoy es "La desgracia vende" y se refiere al seguimiento informativo del coma de Schumacher. Ni una palabra de los desvaríos de Bosch, ni una. ¿Por qué será, será?... La moraleja para Florentino debe ser clara: al enemigo ni agua. Se equivocó pidiendo que se levantara el pie del acelerador y no se fustigara a Sandro Rosell por el escándalo de Neymar. La desgracia vende, de acuerdo, pero muchísimo menos que la mentira. La mentira de Bosch sí que vende porque el periodismo ha muerto. Enterrémoslo como es debido.