Si, tal y como asegura Miquell i Cardenall, el Barça es el mejor defensor de la "marca España", ya estamos en disposición de que Pablemos se haga con el gobierno de la nación para que el desastre sea total y absoluto. Porque la imagen del Barça hoy, ahora mismo, en este preciso instante, es la de su ex presidente Sandro Rosell declarando ante el juez Pablo Ruz en la Audiencia Nacional por el contrato del brasileño Neymar. No me extrañaría en absoluto que el fugado Rosell, que dejó en su puesto al okupa Bartomeu, siguiera insistiendo en la falaz teoría de que Neymar costó 57'1 millones de euros "y punto", y eso pese a que todo el mundo sabe ya que su fichaje ha sido el más caro de la historia del fútbol (la última vez que miré ya iba por los 111 millones de euros y subiendo). El Real Madrid no será "marca España" como el Barça pero cuando le piden que haga publicidad gratis de su país lo hace de mil amores a diferencia del club catalán. ¡Ay, Cardenall, Cardenall!...

La imagen del Barça ahora mismo es la de su nuevo y flamante fichaje Luis Suárez entrando y saliendo de la casa de sus suegros sin poder decir "esta boca es mía". Habrá quien diga que es mejor que Suárez no abra la boca porque la última vez que lo hizo fue pàra pegarle un mordisco a Chiellini. Más que por sus goles, el uruguayo es hoy universalmente conocido por ese vicio que tiene por morder hombros, cuellos o brazos a cuanto rival se le pone por delante. El apetito de Suárez, oportunamente castigado por la FIFA, impide ahora al Barça presentar a su nuevo jugador-vampiro hasta que se le levante la sanción. Me pareció interesante observar cómo Zubizarreta le dio la vuelta a la tortilla diciendo aquello tan bucólico de que el Barça creía en la reinserción de las personas "y punto". Vamos, como con los 57 millones de Neymar...

La imagen del Barça es hoy la de Messi convertido a su pesar en el primer contribuyente español después de pagar 53 millones de euros en un año a Hacienda, a lo que deberá añadir una probable sanción de otros 3 millones por no declarar los derechos de imagen durante tres años. La imagen, siempre la imagen. La del Barça, como decía, es la de su ex presidente imputado, la de su nuevo fichaje escondido y la de su jugador franquicia acribillado por Hacienda. Y la de la sanción por la contratación irregular de jugadores jóvenes o la del apoyo entusiasta a la política lingüística separatista encaminada a marginar el español. El español, sí, el español, ese modestísimo idioma que sólo hablan más de 500 millones de personas y del cual se acaba de decir en la Asociación Española de Profesores de Español, que se está celebrando estos días en Ávila, que su avance es imparable en todo el mundo... menos en el Barça, punta de lanza de la nueva "marca España".