Está claro que el periodismo pone la lupa allá donde más le interesa. Pongamos por caso al famoso Sandy: ¿Verdad que falta muy poco para que sepamos los nombres y los apellidos de todas y cada una de las víctimas mortales que ha provocado el huracán a su paso por Nueva York?... Pues hay que decir que, antes de llegar a los Estados Unidos, Sandy pasó por Haití, la República Dominicana, Jamaica, Cuba, Bahamas y Bermudas dejando al menos otros 70 muertos a su paso. ¿Y por qué coloca el periodismo la lupa en lo acontecido en Nueva York y no lo hace, por ejemplo, en lo sucedido en Haití?... No es, claro, porque el periodista piense que hay muertos de primera y de segunda división (aunque en el fondo sí los haya) sino en aras del espectáculo. Al final resulta mucho más espectacular, más "vendible" televisivamente hablando, ver N.Y. sitiada, sin luz y con la gente encerrada en sus casas, que Kingston, que la mayoría de la gente ni siquiera sabe dónde está.
Como el periodismo necesita una coartada para no tener que explicar lo que resulta evidente (que para vender se ha convertido en otro tentáculo del show business) se apresura a decir que Nueva York es más protagonista que el resto porque el último huracán que pasó por allí fue Gloria en 1985. De forma que al final somos los periodistas de carrera quienes decidimos qué es noticia y qué no lo es. Aunque la irrupción en nuestras vidas de internet y de las redes sociales está haciéndonos cambiar nuestra perspectiva de lo que hasta ahora era una política de hechos consumados (esto es noticia porque lo digo yo) y el ciudadano de a pie también quiere dar su opinión a este respecto, lo cierto es que las "fábricas" de información al por mayor continúan siendo los grandes medios de comunicación y en esos solemos trabajar los profesionales.
Con el periodismo deportivo pasa algo parecido. Ahora se ha decidido poner la lupa en la cantera del Real Madrid cuando está claro que el asunto hace aguas por todos sitios. Ponemos la lupa ahí porque se trata del Real Madrid y porque de paso señala falsamente a José Mourinho. Otras veces, y seguro que con mayor motivo, la lupa se desvió hacia otro lado sencillamente porque el entrenador de turno era amiguete o simple y llanamente "garganta profunda", y lo primero que nos enseñan en la Facultad de Ciencias de la Información es a cuidar nuestras fuentes. Mourinho, que no sólo no filtra ni toma café en la esquina del Bernabéu sino que además le corta la cabeza a quienes lo hacen por él, se ha convertido en un personaje molesto, perturbador, y hay que ir a por él por lo civil o por lo criminal.
Esto de la lupa ha vuelto a pasar ahora con Leo Messi, capitán de Argentina. Digo que "ha vuelto a pasar" porque ya ocurrió cuando el barcelonista votó en 2011 por Xavi, Iniesta y Agüero sin que a nadie le llamara la atención que se quedara fuera Cristiano Ronaldo. Messi ha confesado que ahora repetirá idéntica votación que hace un año aunque puede que variando el orden de los premiados. ¿No resulta llamativo que Messi, que encarna las virtudes más excelsas del fair play y de los valores, deje fuera a Cristiano, que ha ganado la Liga española, que ha marcado 46 goles y que es el único futbolista que puede arrebatarle dicho premio? ¿Es que no le va a llamar la atención a nadie?... Messi no votará a Cristiano por el mismo motivo por el que, salvando todas las distancias por supuesto, Don DeLillo no votaría probablemente a Philip Roth si fueran los escritores y no la Academia sueca quienes otorgaran el Nobel. Lo que me lleva a otra conclusión: Messi quiere ganar el Balón de Oro tanto o más incluso que Cristiano, lo que pasa es que eso ahora no vende y nosotros colocamos la lupa en la cantera del Real Madrid... hasta que Cristiano diga que él tampoco votará a Messi, lo que a buen seguro supondrá un auténtico Armagedón futbolístico, ya lo verán.