Baste decir que yo mandé a mis siete hijos a la cama porque el espectáculo que estaban dando por la tele era para mayores de dieciocho años: Arda arrojándole la bota al juez de línea, Torres estrellando la suya contra el suelo, escalofriantes entradas de Mario Suárez y, cómo no, Raúl García, Neymar vacilando a los jugadores del Atleti, el profe Ortega chocándose a propósito con el brasileño bailón nada más acabar la primera parte para ver si así le hacía saltar, Luis Enrique quejándose de los conejos que había por el campo, Alba llamando "gordo" repetidamente a Giménez, Gabi expulsado en el túnel de vestuarios, de nuevo el profe Ortega reclamando desde el banquillo como un poseso, absolutamente fuera de sí, las manos de Alba en la jugada anterior al 2-3, Cani advirtiendo que algún día Neymar tendrá un problema, Simeone reconociendo que había ordenado a sus futbolistas que no compitieran en la segunda parte, Luis Enrique confesando que quitó a Neymar porque peligraba la vida del artista y el artista en cuestión más quemado que la moto de un hippie tras el susodicho cambio y volviendo loco al pobre Unzué, que pinta menos que la Tomasa en los títeres: "¡Siempre yo, siempre yo!"... Y, para colmo, Ansaldi retenido por la policía.
Debe ser que al Cholo le enseñaron de pequeñito que era mejor pasar que caer eliminado... siempre y cuando se jugase contra el Real Madrid, claro. Ayer confesó que había ordenado a sus jugadores que bajaran los brazos en la segunda mitad y no fueran ni a por el partido ni, desde luego, a por la eliminatoria. Simeone destensó al Atleti adrede después de haberlo tensado excesivamente contra el equipo merengue. Lejos de abroncar a Arda por un gesto que ya ha dado varias veces la vuelta al mundo, el entrenador del Atleti se abrazó a él al ser cambiado y luego, una vez finalizado el encuentro, se mostró orgulloso de todos sus futbolistas. La guinda a un espectáculo tan bochornoso la dieron algunos periobarcelonistas vía Twitter insultando directamente al Atlético de Madrid y alabando la nueva forma de jugar al fútbol que tiene el Rey del Tiki Taka: ¡al contraataque!...
¿Y a quién le echamos ahora la culpa de todo esto?... Hace un año y medio que José Mourinho no se atreve a venir a España ni para tomar el sol y Rui Faria y Karanka también fueron extraditados en tiempo y forma. Algunos perioatléticos reclamaban para Cristiano prisión incondicional por la jugada de Córdoba y arremetían contra el hecho de que el acta del árbitro no incluyera la palabra "agresión" porque, de hacerlo, al portugués le habrían caído más partidos. ¿Y qué hacemos con el acta del partido de Gil que no incluyó el zapatazo del turco como agresión al juez de línea?... Desde el Barcelona se criticó la agresividad del Atleti, que era lo que habían hecho hace nada los futbolistas del Madrid, y desde el Atleti se vino a decir que el árbitro había condicionado el partido. Se hace imprescindible cuanto antes la intervención de Vicente del Bosque, ese hombre bueno, ese gentleman que pone cara al fair play, ese tenaz Robin Hood de Salamanca que siempre está dispuesto a alzar su voz contra las injusticias de este mundo. Si yo fuera Vicente gritaría a los cuatro vientos desde Sherwood lo siguiente: "¡La culpa fue del mismo de siempre, la culpa fue de Arbeloa!"... Y ojalá hubiera eco en el bosque.