No seré yo quien critique que el jugador de un equipo vaya en la misma dirección argumental que su entrenador, no. Es más, lo contrario sería de locos. ¿Se imaginan a Simeone diciendo que hay que ir "partido a partido" y a Costa, Gabi y Villa diciendo que la Liga ya está ganada o perdida?... Por eso, porque comprendo que el discurso que debe imperar en un equipo es el del entrenador, jamás entendí, salvo por la pura y dura inquina personal, que se criticara que Mourinho dijera una cosa y luego la sustentaran sus futbolistas. Un jugador no es una máquina y tiene sus propias opiniones y sentimientos, todos ellos por supuesto respetabilísimos, pero un equipo es una empresa y, al menos de puertas para afuera, uno debe respetar el orden jerárquico.

Por eso no seré yo quien critique que Filipe Luis dijera ayer que no interesa que el Atlético de Madrid esté arriba y que quieren sacarles de ahí. No lo critico por la sencilla razón de que quien ordenó retreta fue Simeone y los futbolistas no hacen más que repetir la consigna. Ayer, a la conclusión del partido contra el Madrid, el Cholo insistió en que a alguien misterioso no le interesaba por motivos recónditos que el Atleti esté en lo más alto de la clasificación. Todo, como puede apreciarse, muy light en comparación con Mourinho, que suele llamar al pan, pan y al vino, vino. Lo de Simeone me suena a justificación por lo que pueda venir en el futuro, un modo de ir poniendo la venda sobre una herida que quizás se produzca, más aún teniendo en cuenta las, a mi modo de ver, desorbitadas expectativas que ha generado el fútbol de su equipo.

Tampoco cargaré las tintas sobre la actitud del Mono Burgos. Germán es un buen tipo que simplemente perdió la cabeza. Ni diré que me parece bien ni mal que, de nuevo Filipe Luis, empleara a la conclusión del partido un argumento tan manoseado y demagógico como el del presupuesto. Ahora bien, si yo fuera suplente del Atlético de Madrid mantendría una charla con el buen defensa brasileño para saber qué quiso decir exactamente con eso de que siguen vivos "ante equipos con suplentes de 40 millones". A mí personalmente me sonó a elogio hacia la plantilla madridista y a palo hacia la calidad de sus propios compañeros de vestuario. Esto lo clarifica todo: si el Atleti acaba ganando la Liga será por la genialidad de su entrenador y el compromiso de la plantilla y si finalmente la pierde será porque compitieron en inferioridad de condiciones presupuestarias y enfrentados al sistema, que nunca les quiso ahí.