Por supuesto que hay dos modelos de gestión. En uno, el futbolista franquicia del club sube al despacho del presidente y le dice: "Me quiero ir", y el presidente le responde: "Muy bien, trae los mil millones de la cláusula de rescisión de tu contrato". En otro, el futbolista franquicia del club, al que se acogió cuando no era absolutamente nadie y a quien se pagó un tratamiento con hormonas después de que nadie la hiciera ni puñetero caso en su país, insulta públicamente al vicepresidente económico, pone y quita jugadores y chantajea a los directivos para que le mejoren cuatro, cinco, seis veces su contrato. Florentino Pérez sabía perfectamente que Cristiano no se quería ir y que su arrebato era fruto del disgusto del momento. Pero todos y cada uno de los presidentes que en el Barça han sido son conscientes de que dependen de si La Castafiore se ha levantado esa mañana con el pie derecho o con el izquierdo.
Vivir permanentemente con la amenazante y destructiva espada de Damocles de La Castafiore encima de la cabeza no debe resultar nada agradable pero ya he dicho aquí otras veces que el monstruito lo crearon ellos y ellos han de apechugar ahora con las consecuencias. Y ojo: al periodismo más fanatizado, al periodismo menos reflexivo y crítico, al periodismo genuflexo y adulador, el hecho de que Messi amenace un día a aquel directivo, otro a aquel futbolista y otro a aquel entrenador con llevarse su balón a casa si no le dejan jugar le parece bien. Es cierto que el Barça ha vivido su momento de esplendor con el que "ha sido, es y será" mejor jugador de todos los tiempos, de ahí que ellos consideren ahora que Leo puede hacer lo que le salga de sus reales y rosarinos nísperos. Como si quiere ponerse a orinar en el centro del Camp Nou.
Si yo fuera culé estaría muy molesto hoy. El Fútbol Club Barcelona lo ha dado todo por Messi y Messi se jacta siempre que puede de estar en el Barça como en su propia casa, pero otra vez, de repente, nuevamente, aprovecha una entrevista para una televisión de su país (así, despatarrado y en chandal, y con esos terroríficos contraplanos del periodista, la verdad es que parecía más el comunicado de un secuestrado que una entrevista con una estrella del fútbol mundial) para entreabrir la puerta de salida. Y lo hace, además, en un momento deportivo delicado para el club que tantísimo dice querer. ¿Qué quiere ahora La Castafiore? ¿Garantizarse por contrato un bañito semanal en leche y miel? ¿O es que Leo ha empezado a hacer campaña por Laporta?... Habrá que esperar a su próximo aria.