Pep Guardiola decidió desde el primer día que no concedería entrevistas personalizadas. A cambio, eso sí, el entrenador del Barcelona se comprometió a estar el tiempo que fuera necesario en la sala de prensa respondiendo las preguntas que le hicieran los periodistas. Aquello no se vio ni bien ni mal, se respetó el criterio del técnico novato como si fuera palabra de Cruyff y todo el mundo siguió con sus vidas: a nadie se le ocurrió levantarse y marcharse de una de sus comparecencias porque los oyentes de COPE, SER, Onda Cero o Radio Nacional de España no pudieran oir en exclusiva las declaraciones del técnico culé. Quien sí habla, aunque también muy de vez en cuando, es el segundo de Guardiola, Tito Vilanova. Yo sí entrevisté a Vilanova y mi conclusión fue que tenía delante de mí a una copia del primer entrenador azulgrana, con sus mismas expresiones, sus mismas ideas, su misma forma de hablar...
Ni se me pasó por la imaginación que Pep Guardiola le hubiera apuntado un par de horas antes a Vilanova lo que tenía que decir y me pareció absolutamente normal que el primer y el segundo entrenador del Barça estuvieran en perfecta sintonía, lo contrario habría sido de locos. Por eso, ahora que Mourinho ha decidido dejar de hablar hasta que Platini, Villar, Laporta, Vilaseca y Gaspart no le expliquen por qué le han sancionado con cinco partidos, me ha parecido de lo más normal que Aitor Karanka siga a pies juntillas la misma línea argumental y de comunicación que su jefe, que es la línea argumental y de comunicación del Real Madrid Club de Fútbol. Nadie se ha preguntado nunca en voz alta si Vilanova es un guiñol de Guardiola, pero en cambio sí lo han hecho con Karanka: de nuevo la doble vara de medir.
Desconozco si, como dijo anoche Kiko en Futboleros, Aitor habría pedido más dinero de saber lo que iba a suceder. Pero, ¿qué está sucediendo en realidad?... Lo que está sucediendo es que, en ausencia del primer entrenador, está compareciendo ante los medios de comunicación su segundo, y que éste está remando en la misma dirección que Florentino Pérez, Mourinho, Valdano, Pardeza y los jugadores. A eso se le llama "política de comunicación", absolutamente todas las grandes empresas del mundo tienen una y el Real Madrid no podía ser menos. Lo que está sucediendo es que Karanka, que estaba en el limbo profesional más absoluto, ha pasado a ser reconocido mundialmente por ser el segundo de Mourinho. Lo que está sucediendo es que Karanka está cobrando un verdadero pastizal por recibir un Máster acelerado de dirección de jugadores. No debería haber en el mundo del fútbol un hombre más feliz que Aitor Karanka.