La selección española de fútbol parece estos días un episodio de la serie Urgencias: Puyol sufre una pequeña infección entre los dedos anular y meñique del pie izquierdo, Iniesta tiene molestias en una rodilla, debidos probablemente a una capsulitis posterior, Marchena anda recuperándose de una gastroenteritis, Albiol arrastra unos problemillas musculares, Cazorla, que chocó por la mañana con Reina, se retiró del entrenamiento con una fuerte contusión en la cara externa de su pierna izquierda, y Capel, que ha vuelto a Sevilla siendo sustituido por el jugador del Liverpool Riera, se fue con una rotura muscular de grado 2 en el aductor mediano de su pierna derecha y estará de baja unas dos o tres semanas. No es, pues, de extrañar que, cuando se crucen con él, los periodistas encargados de la información deportivo-sanitaria llamen al seleccionador doctor Del Bosque.
Resulta también que en Emiratos Arabes Unidos acaban de hacer preso a uno de los futbolistas más famosos del país, Faisal Khalil, máximo goleador de la pasada temporada y elegido como mejor jugador del año. Según The Sun, Khalil habría contratado a un par de alquimistas para que lanzaran un sortilegio en contra de dos compañeros de la selección, de la que acababa de ser excluído por el nuevo entrenador. El periodista que firma la noticia añade lo siguiente: "Estaban practicando una forma de magia omaní similar al juju africano, que incluye sacrificios animales, automutilación, conjuros, guisos odiosos y amuletos". Según un preparador físico citado por The Nacional, parece que el empleo de exorcismo se ha extendido en el fútbol de Oriente Próximo con la llegada de jugadores africanos.
Y yo me pregunto, y les pregunto también a ustedes: ¿acaso se habrá producido juju en nuestro querido equipo nacional? Seguro que, si en vez de caer Puyol y Capel lo hubieran hecho Villa y Torres, dos delanteros, el equipo habitual de sepultureros estaría acusando ya a estas horas al genuino "7" de España de hacer vudú contra ellos a escondidas en su cámara de hipoxia. Y no me cabe tampoco la menor duda de que cuando el doctor Del Bosque le convoque, que le convocará, le dirán que ha hipnotizado al seleccionador. Toni Grande, segundo de Vicente, le entreabrió el otro día la puerta a Raúl y dijo, más o menos, que si sigue en racha no cree que sea imposible su vuelta. Un amigo extranjero, futbolero como pocos, me preguntaba el otro día por qué había dejado Raúl la selección y tuve que explicarle que había sido al revés: la selección había dejado a Raúl. Aquello resultó tan inexplicable para él como para mí lo del juju de Khalil.