Este es el lema del exclusivísimo y pijísimo Landmark Spa & Health Club, uno de los más selectos de la city, situado en el 22 de Marylebone Road. Indulge your body, nourish your soul. Complazca su cuerpo, alimente su alma. Allí complació su cuerpo y alimentó su alma Ramón Calderón cuando más apretaba la canícula. El servicio de placer corporal y alimento espiritual lo pagó el presidente del equipo más rico del mundo, según documentación aportada anoche por José Antonio Abellán en El Tirachinas, con una tarjeta de crédito del Real Madrid. Así que el socio número 14.878 del club que un día, no hace mucho, presidió don Santiago Bernabéu, el hombre que dejaba pagados los periódicos que se llevaba a casa al final del día y que ordenaba a Alfredo di Stéfano que fuera apagando la luz de los despachos según los iban abandonando, se dio, según dicha información, un homenaje físico y psíquico a cuenta del socio 1.357, y del 43.237, y del 17.098.
Como esas hay mil. Es una forma de hablar, por supuesto, no me lo tomen al pie de la letra. Quiero decir que como esas hay muchas, bastantes más en cualquier caso de las que la ética puede admitir y la estética consentir. Hay algunos cargos especialmente llamativos: once euros pagados de madrugada en Fortuny, local de copas sito en la calle del mismo nombre. La consumición nocturna la pagó presuntamente el socio 14.878, que circunstancialmente ocupa la presidencia del club, con cargo a la cuenta del socio 6.754, y del 52.900, y del 5.894. Este último socio, por cierto, llamado Florentino y apellidado Pérez, antecesor precisamente de Calderón en el cargo, no consintió jamás el uso del dinero del club para asuntos personales y, entre otras muchas cosas, renunció al coche y chófer oficiales poniéndolos desde el primer día a disposición del Presidente de Honor, historia viva del madridismo.
Calderón, por cierto, ha debido mejorar notablemente su swing desde que ocupa su despacho en el estadio Santiago Bernabéu. Las instalaciones de Vale de Lobo y de Nevada Bob's Golf han sido mudos testigos del estajanovista y redoblado esfuerzo de don Ramón por acercarse al nivel de Greg Norman, popularmente conocido como el tiburón. Complacido el cuerpo, refrescado el gaznate, serenada el alma, potenciado el approach, mejorada la función circulatoria gracias a un reparador masaje en Londres y tomado el oportuno alimento, acaba pues la jornada del socio 14.878, sucesor de don Santiago Bernabéu, el hombre del cual, según el actual presidente, nadie se preguntó de qué vivía y nunca llegó a trabajar. Complazcamos pues nuestros cuerpos y alimentemos mientras podamos nuestra alma, ese vaso que, según Amado Nervo, solo se llena con eternidad. Acaso no conocía el poeta mejicano la existencia del lujosísimo Landmark Spa & Haleth Club.