Lo del partido amistoso de Costa Rica es como el chiste: van cinco revolucionarios mejicanos montados a caballo cuando, de repente, uno de ellos grita: "¡Viva Zapata!", a lo que los otros cuatro responden a coro: "¡Que viva!"... Pasados unos cuantos kilómetros se vuelve a repetir la misma escena: "¡Viva Zapata!"... "¡Que viva!"... Continúan galopando y, otros trescientos kilómetros después vuelve a repetirse la escena: "¡Viza Zapata!"... "¡Que viva!"... Y uno de ellos dice, bajito: "Sí, sí, de acuerdo, pero que no viva tan lejos". Cuando a Villar le preguntan por qué Costa Rica, a santo de qué tan lejos y en un momento tan inoportuno para los futbolistas y, por ende, para los clubes, él sale con la martingala de que la campeona del mundo es un patrimonio de la humanidad.
Entiendo que a España quieran verla ahora en todos sitios, pero... ¿No habría sido posible buscar otro que quedara más a mano?... Probablemente sí porque la humanidad es mucha (siete mil millones de habitantes) y el planeta Tierra extenso, pero a lo mejor aquí al lado no pagaban lo que allá a lo lejos. Patrimonio, sí; embrollo, no. Que viva Zapata, pero que no viva tan lejos. El caso es que Villar está aprovechando el cartucho en vista de que la caza no suele abundar mucho y anda homenajeándose a sí mismo y ejerciendo de Trinidad Jiménez por esos mundos de Dios. Tengo para mí que el clímax de la hoja de ruta personal del presidente de la federación española de fútbol concluirá el día que salga elegido noveno presidente de la FIFA y que para ello no titubeará a la hora de emplear a todos los Del Bosques, Xavis, Arbeloas y Silvas que sean necesarios.
Rezo para que hoy, en el partido Costa Rica-Patrimonio de la Humanidad, no se produzca ningún lesionado. Ojalá el campo esté en condiciones y no sea un patatal como el que le tocó sufrir el otro día a Cristiano en Bosnia. Por otro lado, del seleccionador no se espera esta noche otra cosa que no sea un reparto más o menos equitativo entre los minutos jugados por los futbolistas del Real Madrid y del Barcelona, que son los clubes que más futbolistas aportan de largo al equipo nacional. La táctica es cobrar los tres millones y la estrategia coger el primer avión que salga para España. Cruzo los dedos para que a las doce de la noche no haya que lamentar ninguna circunstancia extraña porque, de lo contrario, habrá debate, e intenso además, acerca de la idoneidad de ir tan lejos para que Angel María homenajee a Villar y Villar le ponga la medalla a Angel María.