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El penúltimo raulista vivo

Harto del culebrón de Cesc

Me gusta un montón cómo juega al fútbol Cesc Fábregas, pero de ahí a que me tome el pelo hay un trecho descomunal. No me podía creer sus declaraciones hasta que no las he visto por escrito: "Si un jugador está en el mercado es porque un club no le quiere, yo no tengo ningún problema". O sea que el Arsenal no le quiere, Wenger no cuenta con él y por eso suena como futurible del Barcelona. Tururú. Lo que pasa es que el Barcelona y el propio jugador llevan dando la matraca desde hace tres años. Y no hay más que rascar un poquito en Google. Fábregas hizo estas declaraciones hace dos años y medio: "Todo el mundo sabe que algún día volveré al fútbol español". El 4 de junio del año pasado, Laporta dijo lo siguiente: "Los 35 millones por Cesc se ajustan al precio del mercado"; y, el 14 de febrero de este mismo año, dijo esto otro: "Es de justicia que queramos recuperar a Cesc".

Del 15 de agosto de 2009 son las siguientes declaraciones de Pep Guardiola: "Cesc es un jugador interesantísimo, pero ahora le toca jugar un año más en Inglaterra". ¿Así que el entrenador del Barcelona es quien decide cuánto tiempo le toca estar en otro equipo a un jugador del Arsenal?... Es muy bueno, sí, pero ahora le toca estarse quietecito otro año más en Inglaterra. Así las cosas, tras otras declaraciones de Laporta en la prensa británica asegurando que Fábregas tendría que haber abandonado ya el Arsenal, Wenger estalló: "No pusimos ninguna pistola a nadie cuando fichamos a Cesc". La historia es justo al revés: no es que Wenger no cuente con Cesc sino que el Barcelona y su entorno llevan acosando desde hace tres años al Arsenal.

Y eso que paso por alto el bochornoso espectáculo de la celebración del Mundial en Madrid, cuando al chaval le colocaron una camiseta azulgrana, o las contínuas referencias de futbolistas culés diciéndole que vuelva, que le recibirán con los brazos abiertos, que cuentan con él... De forma que si, una vez más, por tercer o cuarto año consecutivo, de nuevo Cesc Fábregas está en el mercado mediático y en el otro, en el puramente futbolístico, es porque desde su ex club no paran de hablar y él, que tiene contrato en vigor hasta 2014, no dice claramente que no se quiere marchar. A mí, como a la solterona de la obra de teatro de los hermanos Álvarez Quintero, la escenita de marras se me hace demasiado larga: ¿Se me queda o no se me queda?... ¡Pero que Cesc Fábregas venga ahora con la milonga de que el Arsenal no le quiere!... Por ahí sí que no paso, no señor.

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