El Athletic se cargó la remontada, no Velasco Carballo. Fue el Athletic Club, cuya afición tendrá que resolver ahora una duda: ¿Celebrar o no celebrar un título patrocinado por el opresor Estado español? El periobarcelonismo, tan inquieto últimamente con la ausencia de gol del Real Madrid, que ha sido por cierto el máximo goleador de las dos últimas Ligas, durante la pretemporada, que está para probar, no debería excusar como siempre al equipo y tendría que preguntarse cómo demonios es posible que el Barça haya encajado 9 goles en tres partidos, y ante rivales que no son precisamente los más potentes del planeta. El Athletic, que llevaba sin ganar un título desde que España reabrió la verja de Gibraltar, ridiculizó al campeón de Europa metiéndole cuatro, que pudieron ser seis, en la ida en San Mamés. Allí, en Bilbao, fue donde el Barça se cargó la remontada, y no anoche en el Camp Nou; y Piqué, que está en todas las salsas y que probablemente ande huérfano del protagonismo que le roba su mujer, que es más famosa que él, la remató con su autoexpulsión.
Piqué, siempre Piqué. Si Sor Del Bosque, tan presto a saltar por acciones deportivas de jugadores madridistas, criticó a Arbeloa por un pisotón y luego se lo pulió de la selección por decisión del seleccionador Xavi, imagino que ahora hará lo mismo con Gerard, ¿o no?... Piqué insultó gravemente a la madre de uno de los asistentes del árbitro y, fuera de sí, montó uno de sus habituales circos. Este chico no está bien, le pasa algo, cuando no escupe insulta y cuando no insulta tira bombas fétidas o se emborracha, y a mí me preocupa sinceramente la imagen negativa que pueda transmitir mi selección por culpa de este chaval tan lenguaraz. No sé si la escenita de anoche será capaz de forzar el abandono de la clausura de Sor Del Bosque, más preocupado últimamente por las cosas divinas que por las terrenales, pero alguien tendría que llamarle de una vez por todas la atención. Y si no es Del Bosque, que lo haga al menos Miquell Cardenall i Carro, tan vigilante siempre de la "marca España".
Nuestra Supercopa, no nos engañemos, es una auténtica memez. El Athletic es el nuevo supercampeón nacional y todo ello sin haber ganado Liga o Copa en los últimos seis lustros, que se dice pronto. Es este un título excéntrico que la federación se sacó de la manga para hacer caja. Su valor real es relativo, no así su valor simbólico. En Barcelona se daba por hecho que el equipo azulgrana ganaría el sextete y ya no será así. Y a puntito estuvo también de caer derrotado en la Supercopa de Europa. Roberto, que ahora da en llamarse Robert, sin la ofensiva y opresora "o", por si a alguien se le ocurre revolver en su árbol genealógico cuestionando su catalanidad, salva a los niños y carga contra el árbitro... pero lo hace con mucho seny y grandes valors. Hablando de fair play: no verán ustedes a ningún futbolista del Real Madrid acordándose de Piqué, aunque muchos piensen para sus adentros que, gracias a su circo, es probable que haya empezado algo como con Kevin Roldán.