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El penúltimo raulista vivo

Guanyarem... con Piqué

Guanyarem, la plataforma secesionista que se presentó el pasado lunes, pide cosas que podríamos firmar cualquiera de nosotros: una sociedad más saludable, más recursos para el deporte, más clubes compitiendo en Europa, el fomento del deporte femenino, etctéra, etcétera, etcétera. Como diría Groucho Marx, "y también dos huevos duros". A todo lo anterior, los ideólogos de Guanyarem podrían haber añadido tranquilamente la paz en el mundo para los hombres de buena voluntad y que se acabe cuanto antes el hambre, y todos, desde el primero hasta el último, firmaríamos a pie de página sin pensarlo dos veces. Guanyarem no es secesionista por eso, no es independentista por exigir que se potencie la marca Cataluña ni tampoco por soñar con convertirse algún día en un referente en Europa y en el mundo sino porque, escondidas entre el fomento del deporte femenino, agazapadas detrás de una sociedad más saludable, al amparo de la petición de una mayor dotación de recursos para la práctica deportiva, aparece la exigencia de unas selecciones catalanas oficiales y un Comité Olímpico catalán.

En el deporte, más que en cualquier otra cosa, tenemos el vivo ejemplo de que estos caballeros, que son enemigos declarados de España desde mediados del siglo XIX si no desde antes, no piensan parar. Y no van a parar porque en su día cometimos el tremendo error de darles. Primero una federación catalana, luego otra, y otra más... En la actualidad existen hasta 69 y, craso error fruto de que los representantes del Reino de España no supieran o, por conveniencia política, no quisieran parar, hay incluso quince selecciones catalanas oficiales a nivel internacional. A los secesionistas no les importó nunca, jamás, la trascendencia del deporte en cuestión (hay selección catalana oficial de dardos, de twirling o de quidditch) sino colarse por la rendija, Y, una vez hecho el butrón, por ahí se han ido colando poco a poco, muy lentamente... Hasta el día de hoy.

Hoy piden un Comité Olímpico propio, algo que sólo pueden tener los Estados. O sea que, pidiendo un Comité Olímpico catalán, están pidiendo en realidad la independencia de Cataluña. Piden, pues, la independencia, Guardiola, Xavi, Espargaró, Gerard, Barrufet, Grimau, Sergio González y, entre otros muchos, Gerard Piqué. Anoche, en El primer palo, Alfonso Pérez Muñoz nos decía que Piqué tenía muy fácil acabar con los pitidos: "das una rueda de prensa, dices que te sientes español y se acabó", y añadía: "... pero no lo hará". Y es cierto. Piqué no dará una rueda de prensa diciendo que se siente español porque... probablemente no se sienta español. Por sus obras los conoceréis: Piqué, cuyo cuerpo de un metro y noventa y dos centímetros estuvo ayer jugando efectivamente para España en Skopje, aparece como firmante de una plataforma que reclama la independencia de Cataluña. Si yo fuera Del Bosque, no iría más, luego Piqué continuará yendo... y puede que alguien siga pitándole.

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