Rafa Guerrero, aquel linier que se hizo tan famoso por el "¡Penalti y expulsión!" dirigido a Mejuto González y que fue fantásticamente captado por un micrófono de ambiente, es ahora comentarista de RNE. Vaya por delante que admiro a Chema Abad, me parece un profesional íntegro de los pies a la cabeza, de esos que se mojan cuando lo requiere la situación, que es muchas veces; quiero decir que esto que voy a decir no tiene, por supuesto, nada que ver con él. Pero es que el otro día, tras uno de los incendios de Mourinho en la rueda de prensa, ya no recuerdo cual, oí a Rafa Guerrero cuando le regalaba al entrenador del Real Madrid el siguiente proverbio árabe: "Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas". Yo, que soy a ratos "escuchante" de Tablero Deportivo, doy fe de que, si Guerrero decidiera aplicarse a sí mismo tan bello consejo, reduciría a la mínima expresión sus intervenciones en el programa del fútbol en directo de la radio pública. Por cierto, y aunque esto carezca ya de importancia, ni fue penalti ni por supuesto Mejuto debería haber expulsado al jugador del Zaragoza: a Couto, otro fino estilista como Migueli, le dio de repente un patatús del que afortunadamente se recuperó en cuanto el colegiado dejó con diez al equipo maño.
Esto, naturalmente, no ha hecho más que empezar. El aplastamiento mediático sobre Mourinho se tomó un pequeño respiro después de la victoria de Copa, pero resulta evidente que la campaña, que empezó antes de que el portugués pusiera siquiera pie en tierra en el aeropuerto de Barajas, va de caza a medio o largo plazo. Pero parece que, afortunadamente, Florentino Pérez ha puesto a remar a todos los tripulantes del bote en la misma dirección, y no como sucedía hasta ahora cuando Valdano y Pardeza se ponían a tirar para la izquierda por pura comodidad mientras que el entrenador lo hacía para la derecha por auténtica necesidad. Si alguna virtud ha tenido la denuncia del Barcelona ante la UEFA (auguro que nos vamos a divertir mucho en el futuro) ha sido naturalmente la rauda y oportuna contradenuncia: se acabó eso de ir por ahí poniendo la otra mejilla.
Al contrario de lo que mis artículos en Libertad Digital o mis intervenciones en twitter o facebook puedan dar a entender, yo, como no podía ser menos, no estoy de acuerdo con absolutamente todo lo que dice Mourinho desde que se levanta hasta que se acuesta: hay cosas suyas que producen en mí un efecto similar al del ginseng rojo coreano y otras, las menos, que me rechinan un poco. Pero lo que sí tengo meridianamente claro es que sabe cuál es el problema y lleva trabajando en su solución desde el primer día que llegó. Ni el Real Madrid ni José Mourinho están ahí para caerle más o menos simpático a Relaño sino para tratar de satisfacer las necesidades de sus socios y aficionados. Repito lo que dije ayer: Sandro Rosell hizo muy bien en denunciar a Mourinho por la misma razón que De Carlos, Mendoza, Sanz, Pérez o Calderón hicieron muy mal al no denunciar a Núñez, Gaspart, Laporta, el cochinogate y tantas y tantas acusaciones sin prueba de que la competición estaba corrompida y adulterada a favor de los blancos. Gracias, Sandro, gracias... Todo el mundo a denunciar.