Ahora que Emerson ha decidido estallar de una vez por todas en La Gazzetta dello Sport me viene claramente a la memoria aquel negro día en que se negó a saltar al césped del estadio Santiago Bernabéu. Las cámaras de televisión captaron perfectamente a Fabio Capello, su único valedor por cierto, pidiéndole que saliera a calentar ("¡Puma!") y como éste, ante las miradas atónitas del resto de compañeros que estaban con él en el banquillo, se negó descaradamente a hacerlo. Lo peor del caso es que, mentira podrida sobre mentira podrida, Capello simplemente lo dejó estar y, a la conclusión del partido, alegó en defensa de su jugador que éste no había salido sencillamente porque no se lo pidió. Órdago con "perete", 4, 5, 6 y 7.
Insisto en que las imágenes ("¡Puma!") y el gesto del entrenador italiano (y también de su segundo, Toni Grande) fueron muy explícitos al respecto. Le pidió que saliera, el brasileño se negó y luego, en lugar de tomar medidas disciplinarias contra él, construyó otra mentira aún mayor con objeto de defenderle. Se equivoca quien piense que aquel partido resultaba intrascendente y el rival era de poca enjundia puesto que se trataba ni más ni menos que de la Champions League y del Bayern de Munich. El Madrid, naturalmente sin Emerson, ganó por los pelos, (3-2) y luego Capello acordó con el "Puma" no sacarle demasiado en el Bernabéu, no fuera a resfriarse. Al lado de esta, la "boutade" de Schuster quitando el otro día a Casillas para sustituirle por Dudek resulta un inocente juego de niños.
Pero eso es pasado. Hoy, ahora, en este momento, Emerson, cuyo rendimiento durante toda la temporada pasada resultó decepcionante, estalla en Italia y dice que se quiere ir al Milan. ¿Por qué? Muy sencillo, porque su deseo es marcharse a una ciudad más tranquila y vivir bien. Es, por cierto, ésta del "Puma de Pelotas" otra de las bombas de relojería que ha dejado activadas Capello tras su despido. Está claro que Emerson no va a jugar con Schuster y que el Madrid, por lo tanto, no cuenta con él. Es evidente que la afición madridista no le traga y que no tiene cabida en un equipo que pretende jugar al ataque y tener el balón, justo lo contrario de lo que pasó con Capello. El problema es que Mijatovic pide once millones de euros por Emerson y sinceramente no creo que haya nadie en el mundo tan loco como para pagar ese dinero por él. Al Madrid le dieron gato himalayo por león americano. Vayan ustedes ahora a explicarle eso al viejo zorro que es Adriano Galliani.