No sé a qué viene tanto lío. A mí no me sorprendía la lealtad de Luca Brasi hacia Vito Corleone, no me tiraba toda la película gritando "¡eh, Luca, no obedezcas tan ciegamente al Padrino; sé que os habéis criado juntos, pero no merece la pena; piénsatelo antes de ejecutar!"... Así que tampoco me sorprende demasiado la selección que los redactores de UEFA.com han hecho de los cinco mejores entrenadores del año: Guardiola, Ferguson, Vilas-Boas, Klopp y García. El otro día, nada más conocerse que Nadal, Ferrer, Feliciano, Verdasco y Costa renunciaban en bloque a la Copa Davis, oí a Almagro decir que tenía dudas de que él fuera convocado aunque renunciaran las primeras 400 raquetas de España; a mí me habría llamado menos la atención ver en la lista de los cinco mejores entrenadores de UEFA.com a Sven-Göran Eriksson o a Otto Rehhagel que a José Mourinho: no está el patio como para poner en riesgo un puesto de trabajo.
¿A quiénes importan verdaderamente estos premios?... A poca gente. El Balón de Oro, que sería el orígen de todo, está tan absolutamente desprestigiado que nadie le presta la más mínima atención. Y ahora estamos viviendo una auténtica fiebre de premios, todo el mundo premia a todo el mundo, hay premios para todo y es normal que la gente se pierda y no sepa si al final Del Bosque acabó aceptando el FIFA World Player que le concedía el Real Madrid o si, siguiendo las acertadísimas directrices de Guardiola, L'Equipe eligió a Merkel-Sarkozy como la mejor pareja de defensas centrales del año. Un lío. Pero, pese a su intrascendencia, en la criba de UEFA.com sí queda reflejada una clara tendencia de animadversión personal hacia el entrenador del Real Madrid.
Está claro que Michel Platini no va a olvidar los "¿Por qué?" de Mourinho, y no porque las preguntas del portugués constituyeran un sinsentido sino justamente por todo lo contrario: porque dieron en el clavo. Invitaría a reflexionar a Florentino Pérez, aunque seguro que ya lo ha hecho, acerca de que Mourinho, que sí aparece en la lista de la FIFA como uno de los tres mejores entrenadores mundiales no lo haga sin embargo en la de la UEFA como uno de los cinco mejores entrenadores europeos. De un premio irrelevante, una chorrada como un piano, sí se puede extraer una enseñanza: el Real Madrid tiene que hacer todos los esfuerzos que estén en su mano para abortar el asalto de Platini a la FIFA y de Villar a la UEFA. De lo contrario, la batalla seguirá siendo desigual.