El Real Madrid cierra el año 2017 como corresponde a la Liga 33, la segunda Champions consecutiva, la segunda Supercopa de Europa seguida, el segundo Mundial sucesivo y la Supercopa de España ganada en buena lid y con un fútbol arrollador al Fútbol Club Barcelona, o sea arrasando en los Globe Soccer Awards que anoche se entregaron en Dubai. Más reconocimientos para el club blanco, elegido como el mejor equipo del año, para su entrenador, Zinedine Zidane, votado como el mejor técnico, y para Cristiano Ronaldo, que ya tiene de estos tantos como Balones de Oro, o sea cinco. Dice CR7 que aún tiene sitio para más trofeos individuales y generales, y, vista la casa que se gasta en La Finca, habrá que creerle.
Este año que ahora acaba ha sido el mejor de los 115 que tiene el Real Madrid, y habrá que convenir también que algún año bueno ha tenido en todo este tiempo el doce veces campeón de Europa, premiado además con el título honorífico de mejor club del siglo XX. A este ritmo no me cabe la menor duda de que, allá por 2100, será también elegido como el mejor del XXI. El Real Madrid lo ha ganado casi todo y, a sus 32 años, su jugador franquicia ha sido votado como el mejor futbolista por seleccionadores, jugadores y aficionados, por un lado, y periodistas por el otro. El objetivo de la pasada temporada, al nivel de un club único como el madridista, consistía en convertirse en el primer ganador dos años seguidos de la Copa de Europa en su nuevo formato, y el de éste no es otro que ganarla por tercera vez seguida. Difícil sí, imposible no. Como tampoco es imposible que se dé alcance al Barça en la Liga porque no hay nada imposible para estos jugadores.
Así que el Real Madrid nada en la abundancia y los antimadridistas tratan de tapar el sol con tres dedos, uno por cada gol que el actual líder de la Liga española marcó el otro día en el Bernabéu. No se sabe cuánto tiempo tardaremos en ver otro año tan espectacular para el Real Madrid como este 2017, ojalá sea 2018, de ahí precisamente que me parezcan tan ridículos los lloriqueos de algunos aficionados merengues después de una derrota abultada, sí, pero absolutamente engañosa. El 31 de diciembre se acaba el año... pero no la Liga, ni mucho menos la temporada, en la que el Real ya puede presumir de tres títulos. El otro día me decía un socio del Madrid que él firmaba que el Barça ganara siempre aquí mientras al Madrid le continuara sonriendo la fortuna en Champions y en Liga. Por cierto que, detrás de todos estos éxitos, está otro Balón de Oro, Florentino Pérez, el nuevo Bernabéu. Se dice poco pero justo es reconocérselo a él también.