Por aclarar conceptos, me gustaría insistir una vez más en que la habilidad negociadora de Jorge Mendes, el hombre que tiene millones en vez de horas en su reloj, tiene poco o nada que ver con la marcha de Cristiano a la Juve puesto que el Real Madrid rebajó su cláusula de rescisión de contrato en 900 millones de euros y, por si eso fuera poco, la Juve no va a abonar los 100 millones de golpe sino que lo va a hacer en dos cómodos plazos. Así que el club blanco ha traspasado a Cristiano a la Juve y lo ha hecho porque Florentino Pérez, que al principio le entreabrió la puerta de salida, acabó enseñándosela del todo y ampliándole incluso el hueco para que por él entraran él y su representante. Es de Perogrullo pero conviene insistir en que, de no haber querido el Real Madrid que CR7 emprendiera otro camino vital y profesional, hoy seguiría vistiendo la camiseta blanca. O eso o 1.000 millones, no 100.
Lo digo porque de las palabras de Cristiano en la rueda de prensa de ayer puede deducirse erróneamente que él decidió algo, cuando en realidad no decidió absolutamente nada, ni siquiera el destino puesto que, al margen del ofrecimiento de Mendes a De Laurentiis para que CR7 se fuera al Nápoles, que ya habría supuesto bajar no tres sino seis escalones deportivos, resulta que el Real Madrid Club de Fútbol no recibió ninguna oferta por el jugador, cuestión ésta que ratificó ayer en la sala de prensa. Mendes, y ahí sí que tuvo que ver el hombre que tiene millones en vez de horas en su reloj, "interesó" a Nápoles y Juve, y los propietarios de la Juve, que mantuvieron una acalorada discusión a propósito de la viabilidad del fichaje, dieron el paso. Ojo, dudaron acerca de pagar 100 millones de euros, y en cómodos plazos, por un futbolista que en febrero cumplirá 34 años, así que no tiene demasiado sentido pensar que a las oficinas del Real Madrid pudieran haber llegado ofertas de 150, 200 ó 250 millones de euros por Cristiano, que es el escenario más probable que, bien es cierto que con un espíritu excesivamente jovial y optimista desde mi punto de vista, se manejó en un principio: "Al Madrid se lo quitarán de las manos"... Pues no, el Madrid le dejó salir.
En cuanto a las palabras de Cristiano que parecen tener soliviantado al personal merengue, esas que empleó para decir que su salida del Madrid y su elección de la Juve fueron fáciles y que no cree que haya ningún madridista que llore por él, quiero decir que son absolutamente normales. Cristiano ha elegido, Cristiano ha decidido, Cristiano va a tener que estar 4 años en Turín jugando al fútbol y, desde el punto de vista de Cristiano, que acabará viviendo en Madrid, no tiene ningún sentido seguir estableciendo ahora, que sigue siendo futbolista profesional, vinculo emocional alguno con la que ha sido su afición durante 9 años. La frialdad de Cristiano, que es un profesional, es comprensible, lo que no se puede entender tan bien es que haya madridistas que se cayeran ayer del guindo al oír a CR7: ¿Qué esperaban, que acabara su alocución con un ¡Hala Madrid!?... Cristiano fue frío porque debía ser frío y porque si uno no es frío en el fútbol de élite se convierte en en pasto para los tiburones.
Cosa bien distinta es que Florentino Pérez acierte con esta operación. En el Real Madrid creen a pies juntillas que el mejor Cristiano ha sido exprimido, que ya no puede seguir siendo el sostén deportivo de un equipo que tiene como objetivo ganarlo todo. Es cierto que Cristiano no es un futbolista normal, no es un jugador al uso; en el Real Madrid se ha reinventado y, con un plan específico para él, le ha dado nuevamente la vuelta a la tortilla. En la Juve seguirá marcando muchos goles, algunos de ellos podrá marcárselos incluso a su ex equipo, pero en el Real Madrid piensan que el momento ideal era ahora o nunca. Pero acertar con la "operación Cristiano" no consiste únicamente en darse cuenta a tiempo del agotamiento del futbolista sino, también, tener un plan adecuado para reemplazarlo, y ahí es donde se le ven las costuras al club. Se le ven hoy, aunque puede que el 27 de agosto Florentino vuelva a dejarnos a todos con la boca abierta; sucede, sin embargo, que la información que hoy publica Vicente Azpitarte en Libertad Digital va justo en la dirección opuesta y, ahora mismo, el Real Madrid no está dispuesto a pagar 200 millones de euros por nadie, llámese Neymar, Hazard, Kane o Franz Beckenbauer.
El problema deportivo del vigente campeón de Europa es cómo reparar los 50 goles que viajan con Cristiano a Turín. Pensar que entre Bale, Benzema, Raúl de Tomás, Borja Mayoral si se queda, Vinicius y Asensio se va a cortar esa sangría me parece un riesgo evidente, aunque cosas más extrañas se han visto en el fútbol. Florentino sabe que la gente se girará contra el palco si no ficha un galáctico, los goles no llegan y el equipo se descuelga de la Liga en diciembre; le harán responsable a él, y solo a él, del desastre. Pero si hay alguien que tenga las espaldas lo suficientemente anchas como para aguantar ese chaparrón es, sin duda, Pérez, como le llamaba ayer De Laurentiis. Es normal que Cristiano quisiera romper ayer de golpe y porrazo su vínculo emocional con el Madrid y me parecería normal también que los madridistas se desapegaran cuanto antes de su estrella, pero lo que nadie podrá impedir es que si los goles no llegan al Real y Cristiano los marca a pares en Turín, la gente se pregunte "¿por qué?"... Por si algún día surge esa pregunta, Florentino debería tener un plan B. Y otro plan C. ¿Los tiene?...