La pieza fundamental del actual proyecto deportivo del Real Madrid se llama José Mourinho. Esto que digo es perfectamente constatable y no se limita únicamente a lo que acontece dentro del terreno de juego sino también a lo que sucede fuera de él: el club ha vuelto a gastarse este año menos dinero en fichajes que el Barcelona y, por primera vez en mucho tiempo, ha quedado un saldo positivo en caja entre lo vendido y lo comprado. Con Mourinho no hay sólo una clara dirección de equipo sino una ambiciosa idea de club, algo que no sucedía desde tiempos inmemoriales. Y en el portugués no hay que tener fe: en dos años y tres meses, una Liga, una Copa, una Supercopa y la superación del "síndrome de cuartos de final" de la Champions que tanto y tan seguidamente hizo sufrir a los aficionados.
Si digo que Mourinho es la pieza fundamental del actual proyecto deportivo del Real Madrid es porque creo que la importancia del resto de empleados del club está por debajo de la suya y es en cualquiera de los casos relativa. Hay, eso sí, un jugador franquicia y ése es Cristiano Ronaldo, pero si Cristiano se fuera vendría otro delantero, del mismo modo que si se fueran Marcelo, Pepe o Xabi vendrían otro lateral, defensa central o mediocentro; si mañana se fuera Mourinho no podría llegar otro entrenador con su capacidad, conocimiento y profesionalidad. Lo que yo creo es que si verdaderamente Cristiano quiere irse porque es infeliz en el club de fútbol más importante del mundo, Florentino Pérez debe facilitarle que lo haga después de agradecerle los servicios prestados, que hasta la fecha han sido innumerables.
Lo peor no es que Cristiano dijera lo que dijo sino la especulación y zozobra que provoca con sus palabras. Si Ronaldo dijo a las diez que no era feliz y que en el club lo sabían, a las diez y cinco era porque el Real Madrid no le había apoyado lo suficiente en su candidatura al mejor jugador UEFA del año, a las diez y diez era porque se llevaba mal con Marcelo y no tenía relación con él, a las diez y cuarto se había reunido el sábado con Florentino para decirle que se quería marchar y a las diez y veinte era porque quería una mejora en su contrato. Cristiano, que anoche volvió a mostrarse letal sobre el campo, le ha hecho un daño irreparable al Real Madrid con esas declaraciones efectuadas donde no debía y realizadas a destiempo, y ni siquiera un desmentido firmado con su propia sangre evitará ya que se especule con su salida a final de temporada o que el periobarcelonismo se ensañe... y esta vez con motivo.
Cristiano ha suministrando munición gratuita al antimadridismo y nos ha dejado con el culo al aire y sin argumentos para su defensa a quienes le hemos apoyado incondicionalmente y desde el primer minuto de juego. Ya sea el motivo de su infelicidad el que Butragueño no dijera que se merecía el premio al mejor jugador del año más que Iniesta o Messi, ya sea porque tuviera una bronca con Marcelo y no cruza con él palabra o ya sea porque está viendo que él cobra lo mismo que Kaká, que es un perfecto inútil desde el punto de vista futbolístico, cuando el brasileño se dedica a tocar el bandoneón desde el banquillo mientras él se parte el pecho, las piernas y la cabeza en cada partido, lo cierto es que el chantaje a la institución no se le puede aceptar ni a Cristiano Ronaldo ni a quien inventó el fútbol. Ojalá que se aclare todo, pero el 7 no puede salir de esta con un simple tironcito de orejas. No se juega con las cosas de comer.