El Bayern acaba de proclamarse campeón de la Bundesliga, nada nuevo bajo el sol si tenemos en cuenta que los muniqueses han logrado la friolera de veintidós campeonatos a lo largo de su historia. No está mal, veintidós Ligas de cincuenta disputadas. O sea que el Bayern ha ganado el 44% de los campeonatos que se han jugado en Alemania. El dato es escalofriante. Pongamos por caso al Real Madrid, que pasa por ser el club ganador por antonomasia; el Madrid ha ganado treinta y tres Ligas de las ochenta y tres disputadas hasta la fecha, no llega al 40%. El Barcelona, que ha ganado veintidós Ligas, no llegaría al 27%. Con esto quiero decir, y a la historia me remito, que el dominio del Bayern en Alemania es aún más aplastante si cabe que el del Real Madrid en España.
No es novedoso que el Bayern de Múnich gane su Liga pero sí lo es que lo consiga cuando aún quedan seis joranadas por jugarse y con una distancia de 20 puntos con respecto al Borussia de Dortmund, que para más inri es el equipo que ha ganado las dos últimas competiciones convirtiéndose además en uno de los indiscutibles cocos europeos. Es el título más tempranero de la historia del campeonato y Jupp Heynckes, su técnico, el más longevo en conseguirlo. Por lo demás este mismo Bayern viene de disputar la última final de la Champions, que perdió contra todo pronóstico ante el Chelsea en su propia casa, y yo diría que tiene muchas posibilidades de colarse en las semifinales de la próxima. En definitiva: Heynckes ha hecho un equipo campeón y que juega al fútbol de memoria.
La presencia de Heynckes en el banquillo tiene un morbo añadido y es que sus propios directivos le han apuñalado por la espalda para sentar en ese banquillo a Pep Guardiola. Mintieron descaradamente los máximos dirigentes del equipo alemán cuando afirmaron que Heynckes quería dejarlo (¿Qué entrenador se va de un equipo que está en racha victoriosa?) y mintió también Guardiola cuando aseguró que él nunca negociaría con un club que tuviera un entrenador en su banquillo. Me alegro especialmente por Heynckes que es un veteranísimo caballero del fútbol mundial. Todo lo que logre desde ahora y hasta la finalización de la actual temporada servirá para dejar en mayor evidencia aún si cabe a aquellos que le movieron la silla con indignidad y cobardía. No es cierto que el fútbol no tenga memoria, la tiene: recordaremos durante muchos años los nombres y los apellidos de todos los felones. Felicidades, Jupp...