Ese gol de Ceballos cuando agonizaba el partido hizo añicos un montón de crónicas. Si de algo no puede acusarse a Solari es de no tener carácter y, equivocada o acertadamente, no tomar sus propias decisiones. Sin Bale, Kroos, Llorente, Lucas, Courtois, Mariano, Asensio y, en la segunda parte, Benzema, el entrenador del Real Madrid dejó en el banquillo a Marcelo y, otra vez, a Isco, de modo que el malagueño, al que incluso parece haber pasado por la izquierda Brahim, que acaba de llegar, es el vigésimo jugador de la plantilla o, a lo mejor ni eso. Pero sin Isco... el Real Madrid ganó. Sufrió pero ganó. Ganó en el último minuto, defendiéndose del bombardeo bético, pero ganó. Con un gol in extremis, pero ganó. Así que me resulta muy sorprendente lo que, al final del encuentro, dijo el vicepresidente del equipo sevillano a propósito de la nula "propuesta" merengue. Es falso: el Madrid propone ganar, y anoche lo hizo. Lo hizo con Reguilón, con Fede Valverde, con Cristo, con Vinícius. El Real Madrid ganó en el campo del equipo que le disputa la posesión del balón al Barça con disciplina táctica, con orden y corriendo. Y me parece que Solari acertó con la idea. Y me parece que, aún jugándosela, acertó dejando en el banquillo a Isco.
Por supuesto que no es un asunto futbolístico, claro que no lo es. A ningún entrenador del mundo puede gustarle tan poco un jugador con el estatus de Isco como para considerarlo el vigésimo de la plantilla, y eso sin contar con los dos porteros suplentes. A mí lo de Isco me recuerda mucho al chiste de Gila, que se presenta como Sherlock Holmes, ve a un hombre tirado en el suelo e inmóvil y empieza a pegarle patadas, una detrás de otra; y, al rato, exclama: "O está muerto... ¡o lo que aguanta el tío!" Con Isco pasa igual. Isco no está bien pero, y que conste que no informo sino que interpreto, ha habido algo que ha debido molestar tanto a Solari como para que, en su primera experiencia como entrenador de élite y teniendo como tiene su gran oportunidad profesional, prefiera jugársela sin un internacional con España y enfrentarse a la opinión publicada antes que ceder. Ayer, y en unas condiciones extremas, tampoco lo hizo, no cedió y sinceramente ya no tiene pinta de que lo haga.
Tampoco hace falta ser el Sherlock Holmes de Gila. A Solari le pusieron ahí como recurso de última hora, era el nuevo en un vestuario que viene de conquistar tres Copas de Europa seguidas y cuatro en cinco años; los vestuarios, como pasa con cualquier grupo humano, acaban teniendo tics, mecánicas internas de funcionamiento, escalas. Probablemente a Solari se le ocurrió, así, de primeras, tocar alguna tecla que los futbolistas interpretaron que no debía tocar. A lo mejor esa tecla fue Isco. En el fútbol, el poder lo tienen los futbolistas; no hay más que echar un vistazo al United, que firma sus últimos seis partidos sin Mourinho con victoria, para darse cuenta de que, si te echa un pulso, el jugador tiene las de ganar. Es posible que, más por dignidad personal que por un aspecto puramente deportivo, Solari llegara en su momento a la conclusión de que no le merecía la pena ceder con según qué cosas. Y no lo hizo.
Isco goza de una protección periodística que, en mi opinión, excede con mucho sus virtudes futbolísticas. No digo que Isco no sea bueno porque lo es, es muy bueno, pero, después de reinventarse varias veces, después de volver a empezar bajo las órdenes de entrenadores reconocibles para él, a lo mejor ha decidido no volver a hacerlo con un técnico virgen de experiencias al más alto nivel como Solari. Por eso decía al principio que ese gol de Ceballos hizo añicos un montón de crónicas... o a lo mejor no. A lo mejor no porque a un sector del periodismo deportivo español no le viene bien nada de lo que haga nunca el entrenador de turno del Real Madrid y, pese a la victoria, supongo que habrá protestado por la falta de "proposición". Vamos, como con Zidane, con quien el Madrid tampoco jugaba nunca a nada pese a haber ganado tres Champions.