Hoy me ha dado por pensar qué habría pasado y qué se habría dicho si, con una crisis económica galopante cifrada según todos los especialistas en cerca de 1.350 millones de euros y en pleno deterioro deportivo tras la marcha de su máxima estrella histórica, a uno de los capitanes del Real Madrid le hubiera dado por participar en un Mundial de globos. ¿Alguien se lo imagina? Si a Sergio Ramos se le crujió por subirse a su palco del Bernabéu para grabar un vídeo para Amazon o a Bale se le crucificó por salir con una pancarta en un partido de su selección, ¿qué se habría dicho de cualquiera de ellos si hubieran intervenido durante cinco horas en el Mundial de globos organizado por un conocido realizador de directos? Pongamos por caso a Bale. O, mejor aún, pongamos por caso a Hazard: ¿alguien se imagina a Hazard en un Mundial de globos en Port Aventura? ¿Qué se habría dicho de él? ¿Y qué se habría dicho del Real Madrid? Imaginemos que, no contentos con ello y, como digo, inmersos en la peor crisis económica de su historia (y, sobre todo, sin la posibilidad de que Francisco Franco acudiera a su rescate como ya sucediera en el pasado), desde la cuenta oficial del club se colgara en Twitter un fotomontaje del susodicho jugador en respuesta a un tuit del conocidísimo realizador de directos o, como se dice en el argot anglosajón, streamer. ¿Qué se diría del Real Madrid? Lo menos duro que se diría es que el club está tomando el pelo a los socios, ¿no? Yo creo que sí. De ahí a pedir la dimisión de Florentino Pérez sólo habría un pequeño paso.
Qué condenadamente difícil es ser del Real Madrid. Qué complicado es ser presidente del Real Madrid o futbolista del Real Madrid. Lo del Mundial de globos de Piqué ha pasado inadvertido, casi, casi como si fuera normal. Y lo de la respuesta vía Twitter a Ibai Llanos, con uno de los jugadores emblemáticos de ese equipo con unos globitos, también. ¿Alguien se imagina qué habría pasado en España si a Casemiro, por poner sólo un ejemplo, se le hubiera ocurrido operar a Firmino en directo sobre el terreno de juego y sin anestesia poniéndole la bota en la cara? ¿Qué se estaría diciendo hoy de Casemiro? En el caso de Griezmann, que fue el autor de tan temeraria acción, se dijo algo pero de pasada y, aún hoy, sigue habiendo quien sostiene que esa entrada no era merecedora de cartulina roja directa. ¿Qué se habría dicho si hubiera sido Pepe? ¿Qué se dijo de hecho de Pepe?
¿Qué ha llevado al Barcelona a su actual situación de bancarrota? Muy fácil: una política económica absolutamente alocada, desenfrenada y sin sentido, un dislate. ¿Por qué ha tenido que dejar escapar el Barcelona a Messi? Muy sencillo: porque Messi no era tan culé como creían los culés, eso en primer lugar, y en segundo lugar porque el Barcelona no le podía pagar a Messi lo que éste pretendía cobrar. ¿Por qué se fue gratis Suárez al Atleti? Pues exactamente por lo mismo. ¿Por qué ha regresado Griezmann al equipo colchonero? Por lo mismo. ¿Por qué se habla de Gavi, Pedri y Fati como del nuevo dream team? Esta también me la sé: porque no tienen más remedio que vender ilusión a través de futbolistas muy jóvenes y que, aunque todo el mundo intuye que son jugadores con gran futuro, aún no están rodados.
El otro día El Mundo le preguntaba a Eduard Romeu, que es el vicepresidente económico del Barcelona, lo siguiente: "¿Es el Barcelona un club en quiebra?", a lo que Romeu contestaba esto: "El Barça es un club en quiebra técnica. Puede verlo si usted coge el balance". No hace falta cogerlo, no señor, porque el otro día la vicepresidenta del club catalán, la señora Elena Fort i Cisneros, relataba en la Asamblea y delante de todos los socios una situación abracadabrante. Ya lo hizo, y antes que todos, antes que Laporta, Romeu y Fort, el propio Tusquets, en ese momento presidente de la comisión gestora: "Cuidado con los cascotes que caen del Camp Nou". La señora Fort llegó a contar que operarios del club vigilaban para que no saltaran los plomos durante los partidos y un demoledor informe narraba que el estadio no sólo presentaba deficiencias estructurales que habían puesto en peligro la integridad de los espectadores sino que había también problemas de higiene debido a los excrementos de paloma. Pero tranquilos, ¿eh?, tranquilos que, de cara al partido del domingo, Laporta ha recuperado Els segadors.
¿Qué se diría hoy en España si el Real Madrid tuviera a operarios vigilando para que no se fueran los plomos durante los partidos y, al mismo tiempo, desde el club se filtrara que iba a ofrecerle a un futbolista 90 millones de euros de prima de fichaje? Pues eso es lo que hoy publica Javier Matallanas en el diario As, que el Barça pretende enredar con Mbappé ofreciéndole una oferta mejor de la que supuestamente le habría trasladado el equipo blanco. Eso, y no otra cosa, es Laporta: marketing, publicidad y eso mismo que dice el As, enredo. Había una serie que se llamaba así a finales de los años 70, Enredo, una parodia de las telenovelas. El único sensato de aquella serie, el único que estaba realmente en sus cabales, era el mayordomo Benson, que lo miraba todo con escepticismo y cinismo a partes iguales. En cada gesto de Benson, en cada una de sus respuestas, se veía que Benson tenía la peor opinión de los dueños de la casa y, en realidad, era el único con clase. Ahora Laporta quiere enredar con Mbappé como en su día quiso hacerlo con Beckham. Y con el club en ruinas y el estadio repleto de cagadas de paloma. Pobre Benson. Y menudo enredo.