De rebote, las declaraciones de Godall a La Sexta en las que reconocía abiertamente que al apoyo de Laporta a Villar había resultado decisivo para el Barcelona, pusieron en el punto de mira a Eduardo Iturralde, lo cual no es nada difícil, y sobre todo a Gorka Sagués que fue quien le sustituyó tras su lesión. Que nadie se llame a engaño puesto que esto va a ser así hasta que acabe la Liga, más aún teniendo en cuenta que camareros, recepcionistas y clientes del madrileño hotel NH Alcalá aseguran que, de noche, cuando todo el mundo descansa en sus habitaciones, se oye por los pasillos una psicofonía que repite machaconamente lo que sigue: "¿Qué más quieres que te dé, Sandro, si ya te lo he dado todo?, "Qué más quieres que te dé, Sandro, si ya te lo he dado todo?", "¿Qué más quieres que te dé, Sandro, si ya te lo he dado todo"?...
La táctica de poner en marcha el ventilador es más vieja que la vida y, por supuesto, más antigua que el propio fútbol. Supongo que es lícito que los culés resten méritos al Real Madrid y al revés, que los madridistas quiten importancia a los triunfos del Barcelona, pero lo cierto es que jamás se había pillado in fraganti a un presidente de la federación española de fútbol diciéndole a escondidas esas cosas al presidente de un club y nunca dos ex directivos, de ese mismo club por cierto, habían confesado sin rodeos que a ellos les había venido muy bien estar a buenas con Angel María Villar. ¿Las manos de Ramos?... Yo, que he visto repetida la jugada varias veces, soy incapaz de decir si hubo o no hubo infracción dentro del área, aunque me fío de la opinión absolutamente mayoritaria de todos los ex árbitros cuando dicen que no hubo penalti. ¿Importa eso? ¿Habría importado que el Real Madrid hubiera empatado o perdido ante el Betis?... En absoluto. Lo que, a mi modo de ver, importa realmente es lo que Villar le dijo a Rosell y lo que después han confesado Godall y Perrín. Ahí sí que hay materia para la investigación periodística.
Naturalmente que los goles de Messi de ayer en Santander no fueron obra de Villar. Ya he dicho varias veces que Leo es el jugador más completo y genial que he visto sobre un campo de fútbol probablemente desde Diego Maradona. Pero lo que me parece de un cinismo rayano en la pura y dura tomadura de pelo es que quienes han callado, cuando no argumentado directamente por tierra, mar y aire a base de presuntos documentos secretos, la estrechísima connivencia entre el Real Madrid y las distintas instituciones deportivas, desde federaciones hasta comités arbitrales, cuando no directamente con la mismísima jefatura del Estado, se rasguen hipócritamente las vestiduras cuando ahora, desde el otro bando, se argumenta exactamente lo mismo.
Es probable que un aficionado culé no se fíe de lo que yo escribo, pero... ¿a santo de qué debería hacerlo un aficionado del Real Madrid de lo que escribe un periodista deportivo cuyos colores confesados públicamente son los del Athletic Club de Bilbao, Barcelona o Atlético de Madrid? ¿O es que el periodismo deportivo objetivo consiste en justificar lo injustificable en el caso del Real Madrid pero no hacerlo en el caso del Barcelona?... Jamás he creído en los contubernios, jamás, pero... ¿pueden arrojar ahora la piedra quienes han consentido cuando no aplaudido o directamente argumentado la lapìdación histórica a la que ha sido sometido el Real Madrid? ¿O es que no era entonces tan asqueroso y repugnante como ahora?... Y por último: si alguien sostiene que Di Stéfano, Puskas o Gento necesitaron de la ayuda de Franco para ganar sus partidos, ¿no puede aparecer ahora quien, por creencia o por revanchismo, otorgue a Villar, Platini y Zapatero una parte trascendental de las victorias de Xavi, Iniesta y Puyol?