El éxito del Atlético de Madrid es esencialmente el triunfo de un entrenador que tiene una idea. La idea de Simeone es que sus futbolistas jueguen muy juntitos, presionando constantemente al rival, desgastándole tanto física como psicológicamente, atosigándole, cerrando todas sus salidas. La idea que el Cholo tenía para este equipo con estas circunstancias y con estos futbolistas estaba clara pero al final no habría servido de nada si los jugadores, que son los encargados de traducirla sobre el campo, no le hubieran hecho caso. Simeone es muy bueno tácticamente (el que Messi lleve tanto tiempo sin marcarle un gol no es fruto de la improvisación o la suerte) y lo es más desde el punto de vista de la motivación. El jugador tiene que dejarse guiar, fiarse del técnico o, si no se fía o no le respeta, limitarse a obedecerle.
Hoy todos los jugadores del Atlético confían en Simeone porque les ha llevado a lo más alto pero puede que alguno de ellos no las tuviera todas consigo cuando le vio aparecer por primera vez en el entrenamiento: a esos jugadores no les queda otra que obedecer como en el ejército: "¡Señor, sí señor!"... Habrá quien diga que es más sencillo hacerse obedecer con jugadores de perfil bajo pero yo veo triunfando a Simeone en el Milan, el United o el Real Madrid, ¿por qué no?... A Messi, que lleva encerrado más tiempo en la jaula colchonera del que estuvo prisionero el conde de Montecristo en el castillo de If, no le frenó ayer su estado de ánimo o que estuviera pensando en el Mundial sino una idea futbolística ejecutada a la perfección.
Acralando, que es gerundio: no me cabe la menor duda de que la bolita del Barça entraría mañana en el bombo del sorteo de semifinales si en el banquillo culé hubiera estado sentado Simeone en lugar de Martino. A mí el Barcelona me sigue pareciendo mejor equipo que el Atlético de Madrid pero será el Atleti el que juegue las semifinales. Pero que conste en acta que al Tata no le echará del Barça el hecho de haber quedado eliminado en cuartos de final, no; Martino decidió en noviembre que se iría al final de la actual temporada. Martino se irá y en el club catalán seguirán teniendo el mismo problema, el de una junta directiva amortizada y con varios frentes judiciales abiertos. Bartomeu tiene que elegir ahora entre su bienestar personal o el del club que preside. Y no me cabe la menor duda de que escogerá lo primero.