No hay un juego que nos divierta más a los periodistas deportivos que el de responsabilizar exclusivamente a un jugador de los males de su equipo. Y aquí, a diferencia del periodismo rosa, sin iniciales que valgan: "el culpable es éste y se acabó". El culpable de que el Real Madrid haya encajado tantos goles hasta la fecha es... Diego López, como era de esperar. Y digo "como era de esperar" porque, tal y como desveló anoche Enrique Marqués en Tiki Taka, el gallego era el primero en tener meridianamente claro que le colgarían del palo más alto en cuanto cometiera su primer error. Por ejemplo Pepe, que no atraviesa precisamente por su mejor momento de forma desde que llegó a España, está ahora liberado porque traicionó en público a Mourinho. Ya no es necesario encerrarle en un manicomio y al fin se ha olvidado su incidente con Casquero: es el premio para el que se porta bien.
La afirmación de que la sangría defensiva del equipo arranca de la portería es, por supuesto, más falsa que un euro de madera, pero mientras sacas los datos, contrastas los hechos, haces números y te das cuenta de que al once de Ancelotti le disparan mucho más que al de Mourinho, el sector más manipulable del madridismo, ése que miró hacia otro lado mientras se linchaba al entrenador portugués y a su familia, y en especial a uno de sus hijos, apunta directamente a la cabeza de Diego y clama por el regreso a la titularidad en Liga de Iker Casillas. Pan y circo. Claro que el Real Madrid tiene abierto un boquete en defensa pero es porque Ancelotti ha decidido conscientemente liberar a los tres velociraptors que tiene arriba y el equipo tiende a partirse en dos en cuanto no aprieta lo suficiente. A López le llegan en oleadas porque al existir tanto espacio entre la delantera y el centro del campo la defensa tiende a recular en exceso y no logra salir de ahí.
¿Por qué Modric cuenta con el beneplácito de Ancelotti?... Muy sencillo: el croata no sólo sabe dar el último pase sino que es capaz de robarle muchos balones al rival y, en la zona del terreno de juego en la que él lo hace, eso da vida al equipo que no sólo se siente más desahogado en defensa sino que se muestra más letal aún si cabe en ataque. Si en este inicio Modric le ha ganado la partida a Isco, que es un portento en ataque pero que carece de ese perfil de futbolista recuperador, es justamente debido a eso. Ante este panorama (un entrenador que apuesta abierta y decididamente porque Cristiano, Benzema y Bale campen a sus anchas y se dediquen a lo suyo) al Madrid no le queda otra que apretar los dientes cuando no tiene el balón, y cuanto más arriba mejor. Esa es la tecla que aún no ha sabido apretar a tiempo Ancelotti. Lo sabe él, son conscientes los jugadores y, lo que es peor, lo conocen sus rivales. Reducir el problema de este equipo a un nombre, el de Diego López, es ventajista e injusto. Lo que quieren es su cabeza y no que pare bien, que eso ya lo hace.