Que levante la mano quien sepa el número exacto de veces que Leo Messi ha mejorado su contrato con el Barça. Yo ya ni me acuerdo, la verdad. Será ésta la octava o la novena vez. Podría decirse que mientras Messi está firmando su nueva mejora de contrato ya está pensando en la próxima. Con el bolígrafo en la mano, mientras mira de soslayo al fotógrafo con una media sonrisa forzada, el argentino y su entorno ya están pensando en la próxima mejora. De ahí que, a diferencia de la de Cristiano, que como sólo fue la segunda se anunció en el estadio Santiago Bernabéu a bombo y platillo, la nueva mejora de contrato de Messi, de la que podría decirse que ya está vieja, se hizo ayer casi, casi a escondidas, deprisa y corriendo puesto que el chico tenía que coger un avión hacia Argentina.
Messi cobrará 20 millones de euros al año. En Sport dicen que le da para comprarse un Porsche al día. 365 Porsches y, sin embargo, Leo no se siente suficientemente querido y valorado. El otro día, después de una temporada en la que ha jugado con el freno de mano echado y pensando en el Mundial, recibió en el Camp Nou los primeros pitos de su carrera. Firmó Messi su nueva mejora de contrato, que como dije antes ya ni sé el número que hace, y luego dijo en su Twitter chino que si no sigue sintiendo el mismo cariño de la afición buscará una solución. ¡Su Twitter chino!... Seguro que Woody Allen diría que poder comprarse un Porsche al día no da la felicidad pero produce una sensación tan parecida que es imposible distinguirla.
Pero lo mejor estaba por llegar. Por la noche, en Tiki Taka, Manolo Hierro contó que Rosell le prometió en su día a Messi que siempre sería el jugador mejor pagado del equipo. Como "siempre" es probablemente demasiado tiempo, el dimitido presidente tuvo que pagarle a Neymar otro Porsche al día para que dijera "no" al Real Madrid. Coincidió en el tiempo esta situación con el bajón anímico del argentino y hete aquí que un buen día, de repente, alguien le filtró a Leo el contrato del brasileño y, ni corto ni perezoso, se lo arrojó a la cara a Rosell diciéndole "me has mentido". Rosell no sólo no le mandó a esparragar sino que admitió su "crimen" y se largó del club a los quince días. Ayer, casi, casi a escondidas, Bartomeu, que está ahí de okupa, volvió a llenar el depósito de Leo... ¿hasta cuándo?... Una apuesta: en febrero firmará su nueva mejora de contrato. Tic, tac, tic, tac...