Ahora todo el mundo es el Obama de algo. No hay VIP que se precie que no sea el Obama de lo suyo, entendiendo por "el Obama de..." todo aquello que sea novedoso, sorprendente, ilusionante, innovador, inesperado, salvador... En el programa 59 segundos de Televisión Española trataron, ¡cómo no!, el asunto de la crisis del Real Madrid, (de una forma bastante más seria y profesional, por cierto, de lo que lo hicieron hace una semana en La Noria de Tele 5) y el escritor y periodista John Carlin se refirió a Florentino Pérez como "el Obama del madridismo". ¿Florentino Pérez el Obama del madridismo?... Florentino sería en cualquier caso, si de seguir con la comparación presidencial estadounidense se tratara y si consintieran un tercer mandato, el Ronald Reagan o el George Bush del madridismo, o, en el bando demócrata, el Bill Clinton, pero jamás el Barack Obama.
Nadie creyó nunca que Obama fuera a convertirse en el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América. Los favoritos fueron desde el principio los Clinton, (Hillary, que se presentaba, y Bill, que la asesoraba) ellos constituían el establishment del Partido Demócrata mientras Obama se dedicaba a jugar a la contra. Me parece que la gente no tuvo del todo claro que Obama había sido elegido presidente de los EE.UU hasta que juró el cargo por segunda vez (ni siquiera la primera) ante el presidente del Tribunal Supremo. Seguro que alguien esperaba que, en el último minuto, apareciese por allí Hillary Clinton y dijera que todo había sido una fantástica broma orquestada por los chicos del Saturday Night Live y que en realidad ella era la primera presidenta de la historia y que Obama iba a ser nombrado secretario de Energía, un puesto con mucho futuro y con el que Barack estaba tan contento.
Florentino Pérez no puede ser el "Obama del madridismo" por la sencilla razón de que cuenta con todo a favor y, según lo que aparece reflejado en las primeras encuestas, simplemente no tendría rival. Puede que el "Obama del Real Madrid" tenga que presentarse a las elecciones de 2009 para perderlas, si es que al final F.P. se decide a dar el paso, y volver a presentar su candidatura en 2013. No conviene olvidar tampoco que en la elección de Obama, y ahí sí podemos encontrar cierto paralelismo con la crisis del Madrid, ha intervenido el factor esencial del hartazgo de los electores, pero, a diferencia de aquellos votantes, estos de aquí no parecen tener demasiadas ganas de arriesgar, ni tienen tampoco el cuerpo para muchos Pavones que se diga. Lo importante no es el color que tenga el gato sino que al final cace ratones, y es justo reconocer que Florentino Pérez los caza. Y al vuelo.