En una escena de El Padrino, Vito Corleone le dice a Johnny Fontane eso tan famoso de "le haré una oferta que no podrá rechazar". José Antonio Abellán adelantaba ayer en el programa Tiempo de Juego la contraoferta que el propietario del Manchester United, el millonario Malcolm Glazer, ha presentado a Ramón Calderón con objeto de que éste pueda cumplir su sueño de fichar a Cristiano Ronaldo: cincuenta millones de euros, Robinho, Diarra y Sergio Ramos. Glazer, un judio de ascendencia lituana que tuvo que ponerse al frente del negocio familiar cuando sólo tenía quince años y que hoy, medio siglo después, controla inversiones inmobiliarias, participaciones en compañías energéticas y de alimentación, empresas deportivas, del petróleo y de gas natural, compañías de salud y medios de comunicación, y que la revista Forbes sitúa en el puesto 244 entre los estadounidenses más ricos y el 584 del mundo, ha presentado una oferta que el Real Madrid tendrá necesariamente que rechazar.
Lo que ha hecho Glazer, por supuesto muy diplomáticamente, ha sido declararle directamente la guerra económica al Madrid, dejándole bien claro que el dinero no será motivo suficiente para que el crack portugués abandone la disciplina del equipo inglés. Primero mandó por delante a uno de sus empleados, sir Alex Ferguson, más conocido como el secador de pelo, y después ha sido él mismo, probablemente desde una tumbona de su lujosísima vivienda de Palm Beach, en Florida, quien ha querido agarrar el toro por los cuernos. Naturalmente que, como sucede siempre en estos casos, será el futbolista quien tome su propia decisión. Y sigo estando convencido de que Cristiano, que en cualquiera de los casos, siga en el Manchester o venga a Madrid, se convertirá en el futbolista mejor pagado del mundo, está jugando con dos barajas, excitando a Calderón y provocando al archimillonario americano.
Ya dijo claramente Ferguson que cuando vendieron a Beckham y Van Nistelrooy fue porque ellos quisieron, y ahora no querían vender a Ronaldo. Glazer ha sido mucho más gráfico que su trabajador: "¿queréis a Cristiano?... Cincuenta millones, Ramos, Diarra y Robinho". Esto me recuerda a otra película, mucho más reciente que El Padrino; se trata de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. En un momento de la película, James y Ford duermen en la misma habitación pendientes del próximo atraco. Pensando que Jesse duerme, Ford, sigiloso, inicia un lento movimiento para salir furtivamente de la cama sin que su jefe, que no se fía en absoluto de él, se dé cuenta. James, que está despierto, asoma su pistola entre las sábanas y pregunta en voz alta: "¿dónde vas?", a lo que Ford responde: "Necesito ir al lavabo"... Entonces Jesse James, lacónico, sentencia: "No, tú crees que necesitas ir, pero no", y Ford recula y vuelve a la cama. Ese es el mensaje de Glazer: "tú crees que quieres fichar a Ronaldo, pero no quieres".