Existe cierta confusión acerca de la situación deportiva real de Diego Costa ("que si ahora le digo que sí a España, que si ahora le digo que sí a Brasil") debido en parte al interés tardío del cuerpo técnico español a la hora de decidir la incorporación del chaval y en parte también al silencio del jugador, interpretado por amplios sectores futbolísticos como un deseo oculto del goleador por jugar el Mundial con Brasil, que es su país natal. Lo que sigo sin saber es para qué sirvió la comida que mantuvieron Del Bosque, el propio Costa y el secretario general federativo. Me explico: si el ágape se organizó para oficializar el interés español, ¿por qué no se le pidió a Costa que hiciera pública cuanto antes su decisión?...
Si el goleador del Atlético hubiera dicho públicamente veinticuatro horas después de reunirse con el seleccionador que él quería jugar con España, a Scolari no se le habría ocurrido nunca meterle en la lista de 45 preseleccionados. Ahora se ha filtrado que próximamente Costa enviará una carta a la Confederación de Brasil expresando su deseo de jugar el Mundial con España e incluso que debutará con nuestra selección el próximo 15-N. El secretismo es lo que tiene, que al final todo el mundo acaba perdiendo. El asunto se ha ido embrollando poco a poco porque nadie dice nada claramente, tampoco la federación, y porque, pensando ya en la cita del próximo año, los brasileños están en su papel de intentar hacerle el mayor daño posible a su máximo rival.
¿Daños colaterales?... No cabe en cabeza humana que si Costa da el paso y dice públicamente que él quiere jugar con España se vaya a quedar sin Mundial. Costá irá sí o sí a Brasil 2014, en cuyo caso es probable que un número indeterminado de goleadores españoles (estoy pensando en Negredo, Soldado, Llorente...) pueda sentirse discriminado. Cuando Del Bosque se ha adelantado a decir que no habrá trato de favor es porque él es el primero en pensar que sí lo habrá y pretende, la verdad es que no sé cómo, apagar un posible incendio. Porque en eso es en lo que se ha transformado una noticia que en principio debería ser positiva para todos, en un incendio. Y todo por hacer las cosas tarde, mal y en aparente silencio.