El otro día dije en Tiki Taka que Sandro Rosell no había sabido marcharse decentemente del Barcelona y Lobo Carrasco me preguntó al instante que por qué añadía "decentemente". Se lo expliqué: me consta que Florentino Pérez ha pedido que se pase por alto el asunto del fichaje de Neymar y que no se haga sangre con Rosell y su directiva, de modo que pretender echarle la culpa de su marcha al Real Madrid o a su presidente me pareció, y aún me lo sigue pareciendo, francamente indecente por su parte. Rosell mintió a sus socios y, a instancias de uno de ellos (¡sólo uno!) que nunca se creyó el cuento chino de los 57,1 millones, el juez Ruz admitió a trámite una querella al interpretar con los datos que le habían aportado que podía haber indicios de delito... ¿El Real Madrid? ¿Florentino? ¿Di Stéfano?... Al enemigo lo ha tenido, y lo tiene ahora en la figura de Bartomeu, dentro el Barcelona. Uno ha de estar muy alienado o desinformado para tragarse esa historieta.
El hombre que engañó a Eric Abidal, el que le prometió que tendría un sitio en la plantilla si volvía a jugar al fútbol después de recuperarse de su gravísima enfermedad, el directivo que luego le dejó en la estacada, sigue insistiendo permanentemente en la teoría de la conspiración como argumento principal al que poder asirse para explicar una crisis institucional que tiene su principio y fin en la gestión poco clara de la junta directiva azulgrana. Y si Bartomeu repite como un papagayo el mismo argumentario de Rosell es simple y llanamente porque Sandro y él son exactamente la misma cosa, firmaron más o menos el mismo número de documentos y estuvieron de acuerdo en distraer presuntamente parte del dinero de la operación del fichaje del brasileño. Desde mi punto de vista no es la mejor carta de presentación para un presidente del Fútbol Club Barcelona haber engañado a un jugador que era santo y seña del vestuario y la afición. Si Bartomeu le mintió a Abidal, a quien decía admirar, querer y respetar, ¿qué puede hacer con nosotros?...
La presión sobre Jordi Cases es tal que todo hace indicar que retirará la querella contra Rosell. Parece que el hombre que mintió a Abidal ha dicho esta mañana que "en Madrid" (así, en general, sin especificar si se refiere sólo a la capital o la mano negra podría tener también ramificaciones extendidas por la Comunidad) han cogido a Cases y le han hecho volar muy alto para hacerles daño. Es, por supuesto, otro engaño más de consumo interno aunque me niego a creer que haya socios culés tan obtusos como para comprarlo. El otro día dije que Sandro Rosell no había sabido marcharse decentemente y ahora puedo añadir también que su sustituto no está sabiendo resistir (porque presidir va a poder presidir más bien poco con tanto conspirador suelto por ahí) decentemente. ¿Qué no le habrán dicho o hecho al abogado de Cases para que salga del caso pidiendo inmunidad diplomática? ¿Y qué le habrá dicho éste a su cliente para que recule?... Gracias a Dios el caso ya está en la Audiencia Nacional, y ahí no hay presiones que valgan.