Todo eran dudas cuando Cristiano llegó a España allá por 2009, todo. Generaba dudas la operación económica en sí y también la profesionalidad del jugador, su vida privada, su carácter, sus amistades, todo. Pero 372 goles después, el pasado de Cristiano ha dejado de estar en permanente tela de juicio para pasar a juzgarse... su futuro: ¿Cómo estará mañana? ¿Será el mismo dentro de un año, dos, tres? ¿Y si no vuelve a marcar un gol nunca más? El futuro de Cristiano se cuestiona por un doble motivo: primero porque el Cristiano actual, el de ayer mismo contra el Leganés, es probablemente el Cristiano menos inspirado en los siete años que lleva en nuestra Liga, y segundo porque el Real Madrid anunció ayer oficialmente que ha decidido ampliar y mejorar el contrato del delantero portugués hasta el año 2021 y CR7 tendrá para entonces 36 años.
Si Cristiano estuviera marcando ahora mismo uno, dos, tres o cuatro goles por partido como siempre, simplemente no habría debate. El debate de ahora lo generan los mismos que en 2009 dijeron que su fichaje era una perversión, un ataque a la moralidad y a las buenas costumbres, una provocación para millones de parados, un dislate ético. Y, ¿en qué terreno plantean el debate?... Fácil: en uno virgen e inexplorado, el futuro. Nadie sabe qué pasará mañana, nadie. Puesto que el futuro no está escrito, nadie puede tampoco asegurar qué ocurrirá con cada uno de nosotros... salvo en el caso de Cristiano, claro, sobre él sí se puede afirmar con total rotundidad que, debido a la edad, poco a poco irá perdiendo protagonismo´hasta acabar desapareciendo. Es curioso porque Lopetegui incluyó este viernes en su lista de jugadores seleccionados a Aduriz, que tiene 35 años y se encuentra sin duda alguna en el momento más dulce de su carrera deportiva; de Aduriz, que ha marcado 108 goles con el Athletic, nadie duda; de Cristiano, que ha marcado casi 400 con el Madrid, sí.
Ojo, se pone en duda que el nuevo contrato de Cristiano sea una buena idea porque con 31 años y 9 meses sólo ha marcado 7 goles en 12 partidos, pero un Cristiano de 31 años y 3 meses sumó para el Real Madrid 51 goles en 48 partidos y nadie dijo nada; bueno, sí lo dijeron, dijeron que era un protestón, que era un egoísta, que no pasaba el balón e incluso que le pedía al árbitro que señalara fuera de juego cuando marcaban gol otros compañeros de equipo y no él. En diciembre, con 31 años y 10 meses, Cristiano Ronaldo ganará su cuarto Balón de Oro, y en enero, si hay justicia, con 31 años y 11 ,meses, conseguirá también el premio al mejor jugador de la FIFA. También eso, el que a Cristiano le concedan galardones individuales, se ha criticado, olvidando que los premios siempre son por algo y, en el caso de Cristiano, son la consecuencia lógica de sus 16 goles en la Champions (no la de 2010 sino la de 2016, que al parecer acabó ganando su equipo) para un total de 82 vistiendo la camiseta merengue, y los goles que marcó para Portugal, que según cuentan conquistó también la Eurocopa.
No escribo este artículo para convencer a nadie porque no hay nadie que pueda ser convencido. El fútbol no tiene memoria y se mueve por el hoy, ni siquiera por el ayer. Hoy, ahora mismo, en este preciso instante, la versión de Cristiano Ronaldo no es sin duda la mejor, más que nada porque nos ha acostumbrado a batir, uno tras otro, todos y cada uno de los registros goleadores que en la Liga y en Europa han sido; por eso, porque ahora mismo CR7 no está a su nivel, hay quien piensa que hay que prescindir de él... con 33 años, que es la edad que Cristiano tendrá al finalizar su antiguo contrato. Como ocurre con todos los clubes que acometen la renovación de un jugador, el Real Madrid está apostando por Cristiano; el aval que el delantero portugués aporta para que su club siga apostando por él son sus 372 goles en siete años y medio. Habrá quien piense que es un aval ridículo pero yo pienso que es una garantía más que suficiente. Como en años precedentes, Cristiano volverá a acallar las críticas con su fútbol y, cuando eso suceda, le atacarán por su carácter, por su forma de vestir, por la música que le gusta, por su comida preferida y por sus amistades. Para todos esos, el ejemplo a seguir es Neymar. Yo no estoy de acuerdo.