De un tiempo para acá, y coincidiendo muy probablemente con el Mundial que ganó España y que nos volvió algo pedantes y un poco horteras, el periodismo deportivo patrio se suele mostrar muy despreciativo con los rivales tanto de la selección como de nuestros clubes punteros, especialmente con los del Real Madrid y el Barcelona, que según algunos deberían ganarlo todo siempre. Olvidamos que al fútbol se juega contra alguien, y que ese "alguien" no tendrá ni tanto presupuesto ni jugadores tan extraordinarios pero prepara el partido durante toda la semana al menos con la misma profesionalidad. Ayer, tras el empate a uno de Anoeta, se me llevaban los demonios oyendo a unos y a otros afirmando que el Barça había jugado muy mal; no es cierto, o al menos no lo es del todo: la Real Sociedad jugó magníficamente bien.
La Real de Eusebio es el equipo más en forma ahora mismo. Le pegó un baño al Atlético de Madrid, al que ganó por 2-0, y anoche le dio otro al todopoderoso Barcelona, que si no acabó agachando la cerviz fue única y exclusivamente porque Gil Manzano (o su juez de línea o el cuarto árbitro o quien fuera) anuló un gol absolutamente legal a Juanmi, que enganchó el rebote de un chutazo de Carlos Vela al larguero en posición claramente reglamentaria. Como la jugada no ofrece dudas, Juanmi estaba nítidamente por detrás del defensa culé y el asistente sólo tenía que ocuparse de esa posición, vuelven a surgir una vez más todas las dudas del mundo acerca de los arbitrajes que le tocan al Barça, que, con el reglamento en mano, podría irse fácilmente a los diez u once puntos de distancia con respecto al líder de Primera, el Real Madrid.
Tiempo habrá para hablar del partidazo del sábado. Hoy quiero decir que lo que vi anoche me gustó, me gustó muchísimo. Centrado, Iñigo Martínez me parece un defensa descomunal; Zurutuza es buenísimo, como Carlos Martínez y Oyarzabal; Illarramendi se parece cada vez más al futbolista que fichó el Real Madrid y que aquí simplemente desapareció dejando en su lugar a un primo hermano de Motrico muy semejante a él; de Vela ya está dicho todo, siempre tuvo muchísimo talento; Xabi Prieto es el pegamento, Rulli un portero magnífico y Willian José las caza todas al vuelo. Al equipo de moda, por cierto, le ganó el Madrid, que nunca juega a nada y suele hacerlo además contra nadie, por 0-3 en el arranque liguero. La Real es el equipo de moda y Eusebio ya suena para el Barça... otra vez.