Cómo del "no quiero que Mata se vaya" pronunciado por José Mourinho a la finalización del Southampton, 0 - Chelsea, 3 de ayer haya podido pasarse al "Mourinho confirma que no cuenta con Mata" leído hace poco menos de una hora en un diario digital es un misterio que me veo incapacitado para resolver. Está claro que para la posición que ocupa Mata sobre el campo Mourinho prefiere a otros jugadores y que la elección del portugués desplaza a Juan a la banda, una posición en la que resulta más irrelevante. Pero Mata jugó ayer exactamente 53 minutos y quien viera completo el partido deberá reconocer que fue precisamente con la entrada de Óscar cuando el equipo visitante inclinó de su lado el partido.
¿Quiere esto decir que Mata fue responsable del mal juego del Chelsea?... No, no quiere decir eso en absoluto. Quiere decir lo que quiere decir: cuando Mata (a quien Mourinho coloca en una posición en la que el jugador se encuentra más incómodo porque en la suya natural prefiere a otros jugadores) salió del campo y entró Óscar el Chelsea mejoró muchísimo. Aún así, y preguntado específicamente por Mata, Mourinho indicó expresamente que no quiere que se vaya, y añadió: "Quiero seguir contando con él. Si me preguntas si lo vendería, mi respuesta es no". Ya digo que cómo ese "no" haya podido transformarse para algunos medios de comunicación españoles en un "sí" constituye para mí un misterio que soy incapaz de resolver.
Lo que está claro es que Mata está jugando con Mourinho los "minutos de la basura". Con Mourinho... y también con Vicente del Bosque en la selección nacional española. Y me niego a pensar que el motivo por el cual Juan sea para ambos entrenadores el decimotercer o decimocuarto hombre sea personal sino puramente profesional, lo que sucede es que algunos periodistas deportivos españoles deslizan la idea profundamente cínica de que el motivo de la suplencia de Mata en el Chelsea es personal mientras que si Del Bosque no cuenta con él es simple y llanamente porque en su puesto tiene muchos jugadores de calidad. A Mou se le acusa incluso de antiespañol obviando el hecho de que el pamplonica Azpilicueta ha jugado, en una banda que no es la suya, por delante de Cole en el lateral izquierdo y que el madrileño Torres marcó ayer su séptimo gol de la temporada, el primero del Chelsea ante el Southampton.
Lo que sí dijo Mourinho es que comprende que Mata tenga la vista puesta en el Mundial y que si no está contento siempre tiene la puerta de su despacho abierta. Pero eso que Mourinho ha dicho de Mata, con quien sí cuenta aunque probablemente no exactamente para lo que desearía el jugador, también lo ha dicho de Michael Essien. De Essien se dijo cuando estuvo en el Real Madrid que era un enchufado de su "papi" Mou y que el ghanés jugaba por mandato divino por delante de otros futbolistas que hacían más méritos. Pero ahora Essien no juega (ayer, en concreto, 4 minutos y cuando el partido estaba resuelto desde el 71) y Mourinho le ha mandado más o menos idéntico mensaje que a Mata. Preguntado por el ghanés, "papi" Mou fue incluso más duro que con Mata: "Mis jugadores tienen que pensar en el equipo antes que en ellos mismos, y Michael sabe eso a la perfección".
Hay algo que no se quiso entender de Mourinho (porque a otros sí se les pasa) mientras permaneció en el fútbol español: es él quien hace sus alineaciones. Se pensó que esa peligrosa actitud del portugués variaría elevando el nivel destructivo de la crítica, pero no fue así. Como a Mourinho podrá acusársele de todo menos de no tener los redaños suficientes para tomar sus propias decisiones, el ataque buscó otros flancos. Pero cuando El Pacificador Ancelotti, el hombre que conocía mejor que nadie a los jugadores, el técnico experimentado que había sido cocinero antes que fraile, decidió alinear a López antes que a Casillas, entonces sí, entonces volvió a deslizarse la repugnante idea de que a Carlo le hacían los equipos desde la zona noble del estadio Santiago Bernabéu.
Le deseo lo mejor a Juan Mata, que además me parece un fenomenal jugador. Me gustaría verle jugando más minutos con el Chelsea y también con España pero sostengo la peregrina idea de que el entrenador decide y que tanto Mourinho como Del Bosque creerán que hay otros futbolistas con más calidad que él. Tampoco creo que los gestos de Mata de ayer fueran, como se ha vendido aquí, fruto de la indignación del jugador con el entrenador debido al cambio, no creo que Juan sea tan poco inteligente. Si Mata piensa que lo mejor para él es irse del Chelsea para ser titular fijo, por ejemplo, en el Inter de Milán, no creo que Mourinho le ponga problemas, pero su titularidad la pasada temporada en el Chelsea no le aseguró en absoluto más minutos con la selección española, aunque eso se tape aquí.
Que el periodismo deportivo español saque ahora a colación a Mata, después de haberlo hecho en vano con Azpilicueta y Torres, cuando el Chelsea acaba de ganar por 3-0 fuera de casa y está a un punto del City y a dos del Arsenal en la Premier habla bien a las claras del odio africano que se le tiene a José Mourinho por estos lares, un odio que cruza fronteras y que no cambiará con la llegada del año nuevo. Yo digo que a Mourinho le faltaron tres o cuatro cenas en el Txistu y un par de entrevistas personales más para continuar en la Liga española hasta el final de su contrato pero prefirió irse a un club más pequeño a cobrar menos dinero antes que seguir teniendo que dar explicaciones a gente que simplemente no las merecía. El embrollo no es de Mata ni de Mourinho, el lío es nuestro. Y es un lío que no tenemos ningún interés en resolver.