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El penúltimo raulista vivo

El caso Courtois visto desde Stamford Bridge

Hay quien puede permitirse el lujo de tener una visión romántica del fútbol y quien no puede. ¿Quién puede?... Por ejemplo yo. Yo puedo permitirme el lujo de tener una visión romántica e ir por ahí hablando de las "cláusulas del miedo" para referirme a aquellas cláusulas que impiden a un futbolista que está cedido por un club a otro jugar en éste último contra su legítimo propietario. Yo puedo, los profesionales no. Romántico es quedar con los amigos para jugar al fútbol en un campo de tierra un sábado a primera hora de la mañana porque te ha retado el equipo de la urbanización de enfrente, y hacerlo además cuando te has acostado a las cinco de la madrugada. Romántico es comprobar que, pese al frío que hace y el sueño que aún tienes, nadie falta a la cita, ni uno solo. La Champions no es romántica, la Champions es fútbol profesional de alto nivel y hay mucho en juego.

Ir por ahí afirmando que Mourinho le puso una cláusula al Atlético de Madrid por Courtois es reducir al absurdo un hecho real al objeto de desacreditar al portugués. En primer lugar no fue Mourinho quien estableció esa cláusula sino el Chelsea. Cuando Courtois se marchó cedido al Atlético, Mou estaba dirigiendo al Real Madrid, en el banquillo del equipo rojiblanco estaba Gregorio Manzano y, sinceramente, el Atleti no daba miedo como ahora. Y en la cláusula de seguridad, que no del miedo, establecida por el club londinense yo veo una lógica aplastante: "Oiga, yo ficho por 9 millones de euros a un futbolista de 19 años que no es nadie, lo contrato por 5 temporadas y con la vista puesta en el futuro, creo que Courtois será un pedazo de portero pero ahora mismo aquí no va a jugar y se lo cedo amablemente a usted con estas condiciones y bajo estas premisas".

Y entonces el Atlético de Madrid de Manzano, que no el actual de Simeone, dice que sí porque ni remotamente cree que en abril de 2014 vaya a estar disputando unas semifinales de Champions, y además contra el Chelsea, cuarenta años después de la última. Y es verdad que, tal y como creyeron en su día los ojeadores profesionales que cobran del Chelsea por detectar diamantes en bruto, Courtois explota y demuestra que es probablemente el mejor portero del mundo. Explota en el Atleti porque así decidió que lo hiciera el Chelsea, que es el propietario del jugador hasta 2016, pero el belga podría haber explotado perfectamente en el Milan, el PSG o el Oporto. Durante 3 años el Atlético de Madrid crece alrededor de tres o cuatro jugadorazos y resulta que uno de ellos... no es suyo, no le pertenece.

El punto de vista del Atlético de Madrid es que el Chelsea tiene miedo pero el punto de vista del Chelsea es que unas personas adultas firmaron en nombre del Atleti unas condiciones determinadas, condiciones que no ha sido necesario exigir... hasta hoy. Si el Chelsea hubiera tenido miedo del Atleti habría cedido su jugador a cualquier otro club del mundo. Lo único cierto es que el equipo rojiblanco lleva disfrutando tres años de un futbolista que no es suyo. Los madridistas dan por hecho que el Atleti puso todas las trabas posibles a los fichajes de Agüero y Falcao por el Real: ¿Miedo?... No; simplemente fútbol profesional: Enrique Cerezo no quería que le corrieran a gorrazos por todo Madrid acusándole de haber permitido que su máximo rival deportivo se reforzase a su costa.

La UEFA, que no es ejemplo para nada y que no se juega su dinero, se quita de encima el marrón y dice que esa cláusula supondría adulterar la competición. Courtois jugará las semifinales, el Atlético se pasará por el arco del triunfo lo firmado en 2011, desde el Chelsea se apelará de puertas para afuera al fair play y, cuando acabe la temporada, Mourinho obligará a regresar a Courtois para ser suplente de Cech. Es comprensible que, desde el punto de vista de un atlético, únicamente importe su sueño, el sueño de un aficionado rojiblanco que quiere ver a su equipo campeón en la Copa de Europa. Lo que ya no es tan respetable es que se ridiculicen los sueños de los demás semifinalistas, empezando por supuesto por los de la afición del Chelsea. Supongamos que en su día el Kun hubiera acabado en el Madrid porque a Florentino Pérez le hubiera dado lo mismo lo que pensaran Cerezo y Gil al respecto. Supongamos que, en el partido decisivo de la Liga, con los dos equipos luchando por el campeonato, Agüero hubiera marcado el definitivo 0-1 en el estadio Vicente Calderón. Pues ni siquiera ese ejemplo es válido porque en ese caso Agüero pertenecería al Madrid mientras que Courtois... no es del Atleti sino del Chelsea.

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