Tengo que reconocer que el viernes estaba predispuesto a entablar una dura batalla dialéctica con Wagner Ribeiro, el inquieto representante de Robinho, pero al final no hubo tal puesto que cuando yo le preguntaba si le gustaba el arroz con leche, él me salía a continuación con que no hay mejores playas que las de Río de Janeiro. Imposible. Por supuesto que Ribeiro logró lo que él quería y que no era otra cosa que ponerse en contacto con Pedja Mijatovic a través de la Cadena Cope, pero, en lo que a mí se refiere, creo que también conseguí demostrar que las exigencias y las quejas de Ribeiro no tenían ningún sentido. Recuerdo que, hace ya muchos años y en otra emisora de radio, me pasó algo parecido con Zoran Vekic; en aquella charla estuvo también presente Lorenzo Sanz, que por aquel entonces era vicepresidente del Real Madrid. Javier Valero, que se hizo muy famoso después por ponerles las voces a los guiñoles de Canal Plus, asistió a mi lado a la entrevista y me confesó a la salida que no lo había pasado peor en toda su vida. Vekic no oía, porque no quería oír, pero yo me quedé muy tranquilo después de soltarle cuatro frescas.
Ante la contundente afirmación por parte del agente del brasileño de que el Real Madrid quiso utilizar a Robinho como moneda de cambio en el frustrado fichaje de Cristiano Ronaldo, Ribeiro no pudo ofrecer ni una sóla prueba de que aquello que estaba diciendo fuera cierto. Es más, él mismo llegó a decir que Mijatovic le había negado en todo momento que eso fuera así. Yo creo que Ribeiro confunde sus deseos con la realidad: a él le habría gustado que, efectivamente, el Real Madrid hubiera utilizado a su representado como moneda de cambio para así poder justificar sus devaneos con el Chelsea. Lo único que sucede aquí, desvelado después por el propio Ribeiro, es que Abramovich le ofrece en teoría a Robinho mucho más dinero que el Madrid. El representante no dudó en ponerme a Emerson como ejemplo de lo poco que cobraba su chico: "¿Usted cree que es normal que cobrara el doble que Robinho?"... No siendo futbolísticamente normal, lo único cierto es que Robinho, asesorado por su representante, ambos mayores de edad, firmó un contrato legal en pleno uso de sus facultades mentales. Pues a cumplirlo.
Lo que en realidad está queriéndonos decir Ribeiro cuando asegura que a su jugador no le dan cariño es que no le incrementan significativamente el número de billetes de quinientos euros todos los meses, lo demás son zarandajas y pamplinas. Fernando estuvo sembrado el otro día cuando, refiriéndose a Joaquín, dijo que el Valencia ya le había demostrado mucho cariño al jugador cuando pagó por él lo que pagó y que ahora ellos estaban realmente ansiosos por ver qué hacía él sobre el campo. Ribeiro, además, quiere ponerse a hablar de la ampliación (con mejora) del contrato de Robinho en agosto de 2008 cuando tengo entendido que él firmó hasta junio de 2010. ¿Será verdad eso de que un club no puede retener a un futbolista en contra de su voluntad? Del Nido ha demostrado que no. Si Robinho cree que debe ganar más dinero a partir de julio de 2010 que renegocie entonces o que se vaya por donde vino. Pero hasta entonces, aplicando el buen criterio de Fernando, el Real Madrid ya le demostró mucho cariño pagando lo que pagó en su día por él. Por otro lado es cierto que el jugador puede ponerse de morros, aunque esa actitud también puede adoptarla el club: ¿pagaría lo mismo Abramovich por un futbolista que llevara dos años haciendo ganchillo en la grada? Puede que sí, puede que no.