Pues sí, Arrigo Sacchi tenía razón: Cristiano Ronaldo se ha convertido en un burgués. El informe de Sergio Friede en Marca no deja lugar a dudas: 47 goles con la pierna derecha, casi la mitad del total, 17 con la izquierda, ocho con la cabeza, 13 de falta (como el primero de ayer) y 16 desde el punto de penalti (como el segundo). En apenas 800 días, el portugués ha logrado 101 goles, superando los registros de Alfredo di Stéfano, Raúl, Puskas, Santillana, el otro Ronaldo o Hugo Sánchez. La voracidad y el ansia de victoria de este futbolista único e irrepetible no tiene límites, y no los tiene además desde el primer día que pisó el estadio Santiago Bernabéu. A diferencia de otras estrellas, Ronaldo entró en el Madrid y el Madrid entró en él a las primeras de cambio, compitiendo, entrenando, siendo profesional y marcando las diferencias.
Y, por si todo lo anteriormente expuesto no fuera suficiente, del aburguesado Cristiano, del Cristiano egoísta y prepotente, del Ronaldo que únicamente piensa en él y en sus circunstancias, de ese jugador de fútbol más preocupado por su propia imagen que por cualquier otro aspecto del juego por muy trascendente que éste sea, estamos aprendiendo con el tiempo que también sabe ser solidario y generoso con sus compañeros. En suma: el fichaje de Cristiano fue un acierto total y confirma una y otra vez con hechos que está por derecho entre los dos o tres futbolistas más importantes del mundo. Sacchi, un grandísimo entrenador que hizo historia en el Milan con unos futbolistas geniales, debe ser responsable de sus palabras; no le falto en absoluto al respeto diciendo que el otro día se equivocó lamentablemente.
Y en cuanto al partido de Lyon, y a la participación general del Madrid hasta ahora en la Champions, sólo se puede decir que el equipo raya la perfección. Es cierto que el partido pudo acabar 0-4 ó 0-5 y que el Real tardó en "matar" al Olympique, pero el golpe en la mesa que dio ayer el conjunto dirigido por Mourinho es verdaderamente espectacular. Por supuesto que todo el mundo puede preguntar lo que le dé la real gana, pero yo, como ciudadano español y como periodista, también me siento amparado y legitimado por el artículo 20 de la Constitución de 1978 para decir que me extraña que, después de una victoria como la de ayer, con el Real Madrid imbatido y una primera fase inmaculada, se le pregunte a Mourinho por Casillas. Me sigue oliendo a guión previamente escrito. Y, aunque esté mal que yo lo diga, tengo un olfato que para sí quisiera un oso polar.