El lunes lo explicó con originalidad José María Minguella en El Primer Palo y ayer lo remató muy bien y desde un punto de vista más técnico Ramón Álvarez de Mon: la política de fichajes del Barcelona es simple y llanamente suicida y no hipoteca a quien venga detrás de Bartomeu, que no se puede volver a presentar a las elecciones a la presidencia, no, sino que deja colgado de la brocha al club catalán. Ramón estuvo muy fino anoche cuando, y por tratar de encontrarle un motivo razonado a esta alocada huida hacia adelante, dijo que el club catalán estaba pagándole cerca de 100 millones de euros brutos a un futbolista que, si bien es cierto que lleva tapando diez años todos los agujeros culés, ya tiene 32 años; esa transición del Barcelona de Messi al Barcelona post Messi, que será traumática pero que tendrán que hacerla tarde o temprano, se la encontró hecha por ejemplo el Real Madrid con Cristiano. Es posible, sólo posible, que trayendo a jugadores como Griezmann o intentando el triple salto mortal de Neymar, Bartomeu esté tratando de anticiparse a lo inevitable, pero, con los números en la mano, también es razonable pensar que esa idea pueda morir en la orilla del gasto económico.
Hoy, en Marca, Luis F. Rojo da buena cuenta de los innumerables problemas que supondría la operación del fichaje de Neymar. El primero de esos problemas es el dinero que ya lleva gastado el Barcelona, 225 millones de euros; si a estos 225 millones de euros le sumamos los 200 que, como poco, pretenderá cobrar el PSG, que se niega a aceptar pulpo como animal de compañía, o sea jugadores como parte del pago, el gasto se dispara hasta los 425 millones de euros; como a partir de esta año la FIFA exige que la diferencia entre gastos e ingresos no pueda ser nunca superior a los 100 millones, si el Fútbol Club Barcelona insiste en cumplir los deseos de Messi, que es quien manda en realidad, deberá vender por valor de 325 millones de euros de aquí al 30 de junio de 2020. Tuchel reconoció ayer que sabía que Neymar se quería ir desde antes de que empezase a disputarse la Copa América; el futbolista se quiere ir, se quiere ir hasta el punto de decir que su mejor momento deportivo fue el 6-1 que, con la inestimable ayuda del ínclito Aytekin, le endosó el Barcelona al PSG, su actual equipo. No hay más que echarle un rápido vistazo al primer partido amistoso de pretemporada del equipo parisino para saber por qué Neymar quiere salir pitando de París: se fue huyendo de Messi y ahora lo hace huyendo de Mbappé y busca refugio en el equipo que lidera el más veterano de los dos, que los próximos que cumplirá serán los 33.
Es muy divertido porque Neymar podría haber tenido a lo sumo dos o tres salidas pero él mismo se ha cerrado todas las puertas... salvo las del Barcelona, de modo que el jeque tiene 31, tiene 4 reyes, tiene duples y tiene 4 pitos, lo tiene todo este jeque. La bajada de pantalones de Neymar es histórica pero la del Barcelona es antológica: denunciado por el jugador, burlado por el padre del futbolista, engañado y timado, cornudo si se me permite la expresión coloquial, el club se baja los pantalones hasta los tobillos por petición expresa de Messi. Hay, eso sí, un par o tres de "y si..." ¿Y si el Barcelona decide no vender el Camp Nou para recuperar a un jugador que ofrece bastantes dudas físicas? ¿Y si a Neymar no le queda otra que continuar en el PSG, el equipo del que él se siente tan orgulloso de haber metido 6 goles con la camiseta azulgrana? ¿Y si el jeque dice &no& a Rakitic, Coutinho, Dembélé, Umtiti, la sala de trofeos completa, el busto en mármol de Joan Gamper y 100 millones de euros de postre? Pepe Herrero lo comentó hace una semana: llegará el día en el que alguien tenga que establecer una línea roja infranqueable y, a lo mejor, ese alguien es Al Khelaifi, lo hizo con Rabiot sin ir más lejos. Mientras tanto, sigue la partida transmitida en streaming pero el dueño del PSG, que es jugador de ventaja, vuelve a recuperar la iniciativa porque sabe las cartas que lleva Neymar y, por cierto, también las que lleva el Barcelona: llevan perete, o sea 4, 5, 6 y 7.