Para no importarle a nadie, absolutamente todo el mundo se ha puesto a remar con furia para que su jugador preferido gane el próximo Balón de Oro. Todo el mundo, claro, menos quien lo va a ganar, que va a ser Cristiano Ronaldo. El último en prohijar a un futbolista ha sido el emblemático L'Equipe, que apuesta (la duda ofende) por el delantero francés Antoine Griezmann: "Votez Griezmann", ordenaba el otro día desde su portada el poderosísimo diario deportivo galo. También salió Simeone, otro al que no le importa el Balón de Oro, que es una pesadez, reclamando honestidad para la candidatura de su jugador: "Ustedes, los periodistas, van a tener ocasión de hacer justicia". Votez a Griezmann, sí, pero... ¿por qué? Bale, que tampoco lo va a ganar, ha hecho más méritos que Antoine para alzarse con el premio, aunque no es lo mismo que te apoye L'Equipe a que lo haga el Western Mail, ¿no?
Ojo, que nadie se confunda o malinterprete mis palabras; a mí Griezmann me parece un jugador fantástico, un goleador que ha crecido muchísimo y que probablemente gane algún día el Balón de Oro que a nadie le importa pero que todo el mundo reclama para sí, pero justificar el premio para un futbolista que no ha ganado ningún título a lo largo de 2016 va a resultar una misión imposible incluso para un portaaviones como L'Equipe. Si Antoine hubiera conquistado al menos la Eurocopa con Francia podría colarse su candidatura con calzador, pero es que hasta eso lo ganó Cristiano con Portugal, y por primera vez en su historia. Si, tal y como reclama el Cholo, el periodismo hace justicia, CR7logrará en enero su cuarto galardón. Eso es lo justo.
El Balón de Oro tampoco le importa al periobarcelonismo, que el otro día ponía en marcha a toda prisa (aunque con suerte desigual) una encuesta promocional de Leo Messi. Hace falta ser más retorcido que el Petyr Baelish de Juego de Tronos para llegar a la conclusión de que detrás de las críticas de Michael Laudrup a Neymar del otro día se esconde una campaña contra la candidatura del brasileño, que tiene tantas posibilidades de conseguirlo como tendría yo. Al final, como decía, el único al que no le importa el Balón de Oro es a aquel que está convencido de que va a ganarlo porque su temporada ha sido extraordinaria y porque no encuentra parangón entre sus rivales. Nadie hará campaña a favor de Cristiano... porque no la necesita. Nadie ordenará desde un diario que se vote al portugués... porque no hace falta. No habrá tampoco encuestas... porque en todas arrasará. Es, para que nos entendamos, como si ya se lo hubieran entregado a Cristiano. Corramos pues un tupido velo y esperemos en silencio.